Las espadas volvieron a blandirse el sábado por la tarde en una de las faldas del Cerro de Alarcos con las tropas cristianas tratando de defender este enclave estratégico del asedio de los almohades. Las huestes de Abü Ya’qüb Yüsuf al-Mansür pidieron la rendición de los cristianos, a lo que se negó Alfonso VIII de Castilla, con lo que, tras rezar, cargaron los infantes cristianos contra los almohades, produciéndose emocionantes duelos. Los arqueros almohades hicieron que los cristianos se replegaran pero el bloque de Alfonso VIII se mantuvo firme y fue logrando mermar las tropas enemigas que, finalmente, decidieron retirarse con lo que el bando cristiano logró una primera gran victoria. No obstante, este domingo, a las 11 horas, regresarán los almohades con nuevos bríos y estrategias para hacerse con Alarcos.
Más de un centenar de personas, ataviadas como cristianos o almohades, participan en la tercera edición de la recreación histórica de La Batalla de Alarcos, que organiza la Asociación Nacional de Caballeros y Damas de la Orden de Calatrava con la colaboración de los ayuntamientos de Ciudad Real y Poblete. El apoyo a esta propuesta fue expresado el sábado por la tarde, poco antes de comenzar la batalla, tanto por el alcalde de Poblete, Luis Alberto Lara, como por el concejal de Promoción Económica, Cultural y Turística de Ciudad Real, José Luis Herrera, que resaltaron la vinculación histórica y cultural de ambos municipios con Alarcos y consideraron muy positiva la coordinación entre las dos localidades para realizar actividades conjuntas.
El entendimiento beneficia a este parque arqueológico y las relaciones entre los dos municipios con una vinculación social, laboral, económica y hasta familiar, apreció Lara, que resaltó que, en el marco de las fiestas de Poblete, el viernes se celebró un desfile de moda denominado ‘Alarcos viste de moda Poblete’ en el que colaboró la Asociación de Caballeros y Damas de la Orden de Calatrava y expresó su satisfacción por la participación de 32 personas de la pobleteña Asociación Cultural Puerta de Alarcos en la propia recreación histórica de la batalla, ataviados como cristianos.
“La manera más inteligente de avanzar” es colaborar entre municipios vecinos con la puesta en valor de enclaves tan significativos como Alarcos, donde se aprende historia viendo recreaciones como la de una batalla de gran importancia tanto para Ciudad Real como para el conjunto del país, agregó Herrera, que recordó que la programación de la Semana Histórica también incluye la celebración la próxima semana del Festival de Música Antigua y las Jornadas de Cocina Alfonsí.
Recreación en Alarcos
Desde por la mañana del sábado, sonó en el Cerro de Alarcos el choque de espadas, con ensayos para enseñar a los participantes a moverse y protegerse ante el ataque de las tropas enemigas. También hubo duelos de caballeros y un taller de tiro con arco, tanto infantil con flechas con ventosa como de adultos, así como talleres de telares para la confección de cinturones y cordones, de esgrima y de pinta escudos y espadas de madera para los más pequeños.
En el campamento, donde se encuentra una herrería con espadas y escudos, se pueden presenciar tiendas cristianas de las Órdenes de Calatrava, Santiago y Trujillo, además de almohades con simbología musulmana.
De Castellón, Valencia, Alicante, Jaén, Granada, Sevilla, Zaragoza y Portugal proceden los participantes en esta recreación histórica, una de las cuatro más significativas de Castilla-La Mancha junto a las de Belmonte, Almansa y Montiel, la más calurosa del país y una de las más relevantes a nivel peninsular del siglo XII.
Los asistentes, entre los que se encuentran grandes arqueros y espadas de recreación histórica, compartieron el sábado a mediodía una comida de pollo con ensalada, tras la cual hubo una batalla naval con pistolas y fusiles de agua para divertirse y sobrellevar mejor las altas temperaturas.
Posteriormente, se realizó un ensayo para mostrar a quienes se incorporaban por primera vez cómo coger las armas, moverse y combatir en la recreación histórica de la batalla. En la misma, los infantes castellanos se enfrentaron a los almohades con una espectacular algarada de choque de escudos y espadas, flancos que cayeron y se recuperaron, sucesivos ataques y duelos en mitad de la contienda.