En la Escocia de densas nieblas, inquietantes augurios, brujas y espectros que dan grima y tremebundas conspiraciones de ‘Macbeth’, también hay humor hilarante si le toca a los portugueses Do Chapitô, con faldas y a ‘lo loco’ -en cuanto a la velocidad en la que cambian de rol para llevar a escena a los diferentes personajes-, recrear la tragedia de Shakespeare enfundados en telas a cuadros y con tres micrófonos que sirven para todo.
Desde el silbido del viento, el canto de los pájaros o el trote de los caballos hasta la huella auditiva, ya sea hueca, maciza, afilada o escalofriante, que dejan puertas, espadas, golpes o emociones, los tres actores lusos emulan con la ayuda de amplificador y filtro de efectos –sin olvidar el uso del acople de equipos- la descripción sonora de los acontecimientos en cuya evolución también emplean los pies de micro y sus cables para convertirlos en corceles, columpios, gaitas, tronos, bosques e incluso palos de golf cuando la cruenta trama permite algún que otro distendimiento en los verdes campos escoceses.
Alguna que otra alusión al reconfortante whisky del lugar, ante las inclemencias que plantea el argumento, no falta en una propuesta sumamente divertida, con un humor tan tremendo como la sucesión de muertes a la que conduce la insaciable ambición que va sustituyendo sobre las tablas a vivos por fantasmas de otros y de sí mismos. Los intérpretes Jorge Cruz, Duarte Grilo y Tiago Viegas se suben hasta el pecho la falda para convertirla en vestido de los personajes femeninos, interactúan con el público, juegan con la cizaña que emponzoña a los protagonistas en desternillantes caracterizaciones e intercalan guiños que oxigenan el corrompido porvenir de los Macbeth en un After Classics -esta noche hay una nueva función, a las 01.00 horas-recomendado para afrontar con el mejor humor el inicio de la madrugada en Almagro.