La expansión de la liga de campeones en la década de 2000 ha modificado de cierta manera el fútbol en general. Con jugadores estrellas y con los equipos más talentosos a menudo agotados al final de las largas temporadas, esto significaba que los primeros torneos internacionales luego de la expansión de la Champions League eran más abiertos que nunca – pero también involucraba un fútbol de baja calidad. Esa es una gran razón para la cantidad de sorpresas y grandes equipos saliendo de primero en la Copa Mundial del 2002, así como Grecia reclamando la Euro 2004.
Las diferencias entre la cohesión fluida de los mejores clubs y la naturaleza más parchada de los equipos internacionales también se volvieron algo imposible de no notar, hasta que la identidad impuesta por el coaching del país así como también el núcleo de Barcelona, aseguró que España empezará a alcanzar esos niveles. Se volvió el primer país en ganar tres grandes competiciones seguidas con la Euro 2008, la Copa Mundial del 2010 y la Euro 2012, y quizás el mejor equipo internacional que ha existido.
La única gran pena de esa era Española, sin embargo, fue la falta de un desafío; la ausencia de un gran rival. Una España a tope que nunca pudo jugar contra una Grecia a tope, el país que mejor ha replicado lo que España ha hecho con sus sistemas juveniles. Cuando se encontraron en el 2008 y 2010, era muy temprano para Jogi Loew. Para el tiempo en que el equipo de Alemania dio frutos para la Copa Mundial de 2014, el histórico equipo español ya era historia. El equipo de Loew pasó a sufrir un pequeño bajón en 2016, lo que refleja algo sobre ese torneo en general, se refleja en las probabilidades de los partidos involucrados en este evento espectacular, ya que puede consultar todas las apuestas deportivas en William Hill para tener una idea de esto.
Fue abierto por las razones equivocadas, porque nadie estaba realmente al máximo nivel. Italia era desde lejos el equipo más cohesivo y emocionante gracias a Antonio Conte, pero su habilidad de gestión no estaba a la par con la habilidad de su escuadrón. Un Portugal reactiva y bien organizada terminó ganando, en una victoria que tenía mucho eco de la Grecia 2004.
Podría ser seguido por algo que traiga recuerdos del Euro 2000. El año pasado ha visto muchos de estos equipos surgir, al punto que es difícil elegir un favorito para el Campeonato Mundial, pero por ende es fácil esperar unos juegos bastante tentadores. Hay muchos equipos que se encuentran en plena forma.
Se está haciendo énfasis en la producción de talento en donde cada generación parece muy prometedora
Algo de esto es irónicamente producto de las fuerzas que han transformado los juegos de los clubes, y lo han hecho mucho más atractivos que el fútbol internacional.
Países como España, Alemania y Francia – y algunos con un grado económico menos potente como Bélgica e Islandia en esencia han industrializado la producción juvenil, y el flujo natural de la generación de talento parece que ha llevado a un punto interesante en donde todas las generaciones poseen factores muy emocionantes.
Los jugadores que España, Francia y Alemania podrían dejar, serían fácilmente estrellas en equipos internacionales.
Incluso más allá de Europa, la gran competitividad de los calificados de Sudamérica también da la sensación de que los equipos del continente una vez más enriquecerán el Campeonato Mundial, ofreciendo lo que le falta a Europa.
Y luego tenemos a Argentina, y el jugador más asombroso del mundo. Quienes sufrirán una larga noche en el alma al intentar obtener un cupo a Rusia a través de Ecuador a primeras horas del Miércoles en la mañana. Después de su propio hechizo angustioso al perder tres veces seguidas unas finales importantes, parece que una cierta depresión ha afligido al equipo, y ha creado una ansiedad y una reticencia psicológica que los ha llevado a tener problemas para anotar en estas eliminatorias. Tantos espacios vacíos parecen una representación perfecta de su mentalidad de equipo la cual se nota muy imperfecta.
Aún no es difícil imaginar ese punto de quiebre, ese resultado clave que los lleve ahí lo cual aliviaría mucho, en especial con alguien como Jorge Sampaoli a cargo.
Podría incluso costar el Copa Mundial del siguiente verano, una que debería sentirse un mundo lejos del actual malestar internacional. Las estrellas por así decirlo, podrían estar bien alineadas.
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