El Agustinos sorprende al Alarcos

El debut en casa del Alarcos deparó una inesperada derrota, que hace florecer muchas más dudas de las necesarias en este comienzo de temporada. El Agustinos fue mejor que el equipo local, lastrado por su mal comienzo. No hay, pues, excusas para la derrota.

El BM Alarcos hizo una salida en falso. Tanto que Javi Márquez tuvo que pedir tiempo muerto a los tres minutos, con los alicantinos cuatro arriba (0-4). Esa pesada mochila iba a tener que arrastrarla el equipo alarquista toda la primera parte. Los visitantes acertaban en ataque, aprovechaban las contras, se confiaban en el talento de Natan y Didac, exprimían los extremos… Y el Alarcos trataba de achicar agua. Lo hacía como podía, cambiando cosas. Cambió a todos los jugadores, cambió la defensa, del 6-0 al 5-1. Pero a duras penas se mantenía a flote. El tridente Bernabeu, Natan, Didac hacía mucho daño. Por si fuera poco, los ciudadrealeños no encontraban facilidades en ataque, donde los visitantes también habían colocado un 5-1 con Natan en el adelantado. Cuando lo sobrepasaban, Padilla les negaba el pan y la sal.

La distancia se agrandaba peligrosamente. Llegó hasta los siete tantos (7-14), amenazando la estabilidad de la nave manchega. Márquez tuvo que pedir un nuevo tiempo muerto, pero el motor no acababa de arrancar. La postrera aparición de Juli Granados (el extremo derecho fue de lo poco salvable del Alarcos del primer acto), permitió a los locales retirarse a los vestuarios cinco abajo, una distancia enorme en cualquier otro partido, pero que en este, después de la superioridad alicantina en los primeros 30 minutos, se antojaba incluso como un alimento para la remontada.

Lo malo es que el paso de los vestuarios acentuó la sensación de querer y no poder. Los alicantinos estaban más acertados, Padilla paró un penalti y el rebote a Portero, con el menoscabo moral consiguiente. La renta regresó a los siete tantos (11-18) sin excusas, porque el Agustinos estaba siendo mejor.

Así, sin aviso, llegó el “momento Poveda”. El jugador del Alarcos se desató en cuatro minutos. Tres tantos suyos y uno, acrobático, de Lumbreras, recordaron al Agustinos que todavía no había ganado (15-19). Jorge Gutiérrez se vio obligado a pedir tiempo muerto. Benabeu enfrió un poco la furia anarquista, pero Poveda siguió a lo suyo y la distancia se movía en los dos-tres tantos (18-20). Faltaba un último impulso para culminar la que hasta hace no mucho parecía improbable remontada. Tiempo había, 15 minutos, pero un excelso Bernabeu hacía dudar de que se fuera a consumar. La ventaja regresó a los cinco tantos (19-24) y Márquez a pedir tiempo muerto. Lejos de surtir efecto, el Agustinos volvió a encontrar a Didac y Natan para atisbar los siete de ventaja (20-27, min. 20).

Cuando más dudas había, tres contras locales, dos de Manu Díaz, una de Róber, acercaron al Alarcos, aunque el tiempo corría entonces demasiado rápidamente (23-27 a falta de siete minutos).

A trancas y barrancas, los locales se pusieron a dos tantos, con algunos fallos visitantes, otros arbitrales y sudando cada gol, entre los que hay que citar un fly enorme de Manu Díaz. Negrete dejó la renta en la mínima (29-30 a falta de un minuto), pero Moll anotó  su primer tanto para atar el triunfo alicantino.

Mal comienzo, pues, de un Alarcos que no pudo puntuar en Nava y que se dejó sorprender por el Agustinos en su debut en casa.