Hace apenas unos días los guardas de las Tablas de Daimiel podían atravesar casi todo este parque nacional con sus todoterrenos, ahora eso es tarea imposible. Nadie podía imaginar que el humedal, que en otoño contaba con apenas 20 hectáreas encharcadas, tendría a día de hoy más de 1.200, el 70 por ciento del área potencialmente inundable, y sigue creciendo.
El embarcadero ha recuperado la razón de ser de su nombre y las barcas vuelven a surcar una década después las aguas de unas Tablas de Daimiel que rebosan de vida y han logrado reconquistar a los turistas. Así lo pudieron comprobar ayer el secretario de secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu del MARM y la consejera de Industria, Energía y Medio Ambiente, Paula Fernández.
Puxeu aseguró orgulloso que desde 1996 las Tablas no presentaban este esplendoroso aspecto, logrado gracias a la acción conjunta de las labores de extinción y compactación de la turba, de las aportaciones desde el Acueducto Tajo-Segura y las últimas precipitaciones, la situación de las Tablas ha cambiado radicalmente.
Aseguró que el agua ha llegado en un momento especialmente favorable para el ecosistema del humedal, donde los efectos positivos para las aves son ya evidentes.
En este sentido el director general de Medio Natural y Política Forestal del MARM, José Jiménez, indicó que según los últimos censos en el parque hay en la actualidad una 6.500 aves, que pueden llegar a superar las 30.000 durante el periodo de invernada. “Ya se pueden ver ánades reales, cercetas, ánades friso, rabudos o porrones comunes y se han podido censar 150 ejemplares de patos colorados, entre otras especies”.
Aunque todavía faltan especies que necesitan alimentarse de peces, como la garza imperial o real, “pero será cuestión de tiempo que vuelvan los peces y las garzas”.
Puxeu explicó las distintas actuaciones que durante los últimos meses se han puesto en marcha en el parque nacional para hacer frente a su dramática situación: como la utilización parcial, temporal y excepcional de la Tubería de la Llanura Manchega para hacer llegar agua desde el trasvase Tajo-Segura hasta la Cañada Lobosa, en el Parque Nacional. Esta medida, puesta en marcha el pasado 4 de enero, ha asegurado la llegada de un caudal ininterrumpido de unos 900 litros por segundo y ya ha dejado 2,1 hectómetros cúbicos en el parque.
Gracias a los aportes naturales del río Gigüela, los 20 hectómetros cúbicos aprobados inicialmente en este trasvase no serán necesarios y se derivarán en torno a cinco.
Gran parte de la recuperación del parque se debe al agua procedente del Gigüela. Entre 6.000 y 7.000 litros por segundo se han estado midiendo en la última estación de aforo antes de su desembocadura en las Tablas.
En este sentido, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Eduardo Alvarado, indicó que continuará llegando agua a través de esta vía durante las próximas semanas gracias al buen estado que presentan las Lagunas de Ruidera y el embalse de Peñarroya.
Incendio de turbas
La compactación del terreno y la inundación de las zonas afectadas por el incendio de turbas han finalizado satisfactoriamente con la extinción de estos fuegos que desde el año pasado amenazaban la salud del subsuelo del parque.
Para evitar futuras combustiones y garantizar en el futuro un encharcamiento mínimo del parque, Puxeu informó de la realización de 24 pozos en fincas cuyos derechos de agua han sido adquiridos por el MARM. Estas prospecciones estarán conectadas con una tubería en forma de ‘Y’ que facilitará la llegada de agua, cuando sea necesario, a dos puntos claves de encharcamiento, la Laguna Permanente y la Isla de Algeciras.
Por su parte Jiménez destacó que el agua ya cubre por completo las zonas donde ardían las turbas e informó que en España se ha logrado sofocar este incendio cuando sólo el 10 por cientos de los fuegos latentes de turbas que se registran en todo el mundo se logran apagar.
En este sentido subrayó que expertos nacionales e internacionales han corroborado el excelente trabajo que se ha realizado para minimizar la propagación de los incendios.
Futuro del parque
Por su parte, la consejera de Industria, Energía y Medio Ambiente, destacó la estrecha colaboración que han mantenido las administraciones nacional y regional para actuar contra la crítica situación por la que atravesaba el parque.
Además consideró que el futuro de las Tablas de Daimiel pasa por la adquisición de fincas y de derechos de riego en el entorno del Parque y por la aplicación del Plan Especial del Alto Guadiana para preservar el Acuífero 23.
A este respecto Puxeu añadió que el objetivo es seguir adquiriendo o expropiando fincas en el área del preparque y en el entorno del río Guadiana, donde en los próximos meses podrían comprar otras 300 hectáreas más.
Por último el secretario de Estado de Medio Rural y Agua señaló que las Tablas pasarán la primavera a pleno rendimiento y que tras el verano la superficie encharcada será muy aceptable.