Nervios y la noche del domingo al lunes casi sin pegar ojo. Aunque este año la selectividad ha dejado paso a las nuevas Pruebas de Acceso a los Estudios de Grado, estas dos características comunes a casi todos los alumnos se han vuelto a repetir este año.
A las nueve de la mañana de ayer, el Campus de Ciudad Real era un hervidero en el que los cerca de 2.000 alumnos llegados de varios institutos de la provincia apuraban los últimos minutos antes del primer llamamiento de la jornada para echar un vistazo final a los apuntes de Lengua Castellana de todo el año para enfrentarse a su primer examen.
Sin embargo a las once, ya concluida la primera prueba, las caras de los alumnos cambian y ellos reconocen que se sienten más tranquilos -aunque sin perder aún todos los nervios- después de ver en el primer examen “que no es tanto como pensábamos y se puede superar”.
Así lo explicaba a Lanza Laura, del colegio Hermano Gárate de Ciudad Real. “He pasado muchos nervios, pero cuando he terminado el primer ejercicio me he tranquilizado un poco”, afirmaba la estudiante, cuya intención es matricularse en Magisterio Educación Infantil y, aunque no tendrá problema con la nota de acceso, va a hacer las pruebas de la fase específica -principal novedad de este año- “por si acaso, porque si algo sale mal en los otros exámenes, siempre hay esa posibilidad de subir nota”.
Por si acaso
Y es que esa era ayer la frase más repetida entre los estudiantes, “por si acaso”, ya que aunque el 70% de las titulaciones de grado ofertadas por la UCLM no tienen problema de acceso, el 92% de los alumnos que ayer iniciaron las Pruebas de Acceso a los Estudios de Grado, realizarán los ejercicios de la fase específica para tratar de subir su nota final.
Este es el caso de Fátima y Lucía, del IES Clavero Fernández de Córdoba de Almagro, quienes quieren iniciar en septiembre sus estudios de Administración y Dirección de Empresas -Fátima- e Ingeniería Química -Lucía-. Para las dos titulaciones tienen garantizado el acceso directo, siempre que saquen al menos un cuatro en la nota general y que la nota media de las Pruebas de Acceso a los Estudios de Grado y Bachillerato sea de un 5 como mínimo.
“Creo que es buena esta posibilidad que nos dan y hay que aprovecharla. Además, si cambiara de opinión sobre mis estudios, así podría tener más nota”, afirmó Fátima.
Satisfacción general
La mayoría de los alumnos consultados ayer por este periódico se muestran bastante satisfechos por el cambio experimentado por la antigua selectividad ya que, afirmaron, ahora tienen que examinarse obligatoriamente de menos materias -de seis han pasado a cuatro-, mientras que tienen la posibilidad de examinarse de otras dos para subir nota -y nunca les bajaría aunque no aprobaran estos exámenes de la fase específica.
No obstante, también había quien expresaba sus dudas sobre este cambio, como Maite e Isabel, del IES Ribera del Bullaque de Porzuna, quienes señalaron que si la mayoría de los alumnos hacen las pruebas para subir nota “eso significará que también aumentará la nota de corte en las carreras con menos plazas. También antes había más opciones entre las que elegir en algunos ejercicios, pero, en general, mejor así”.
Sin copiar
La primera jornada transcurrió sin ninguna incidencia, según explicó a los medios de comunicación el presidente del Tribunal número 10, Angel Cano, quien destacó que tras el primer examen, los estudiantes suelen estar más tranquilos “porque ven que lo pueden afrontar perfectamente”.
Y una de las cosas que no suelen hacer los estudiantes es copiar ya que, según explicó Cano, “prefieren no arriesgarse a sacar un cero en un examen. No obstante, desde hace años tenemos instalados inhibidores de frecuencia porque las ‘chuletas’ venían más por las ondas que en papel”.