Recientemente, la prensa aireaba una entrevista de Rosa Romero, diputada nacional, a una emisora de radio en la que decía que Ciudad Real está abandonada por los socialistas. Y miren por dónde habla de abandono quien ha estado ausente de la ciudad durante muchos años, asumiendo en diferido la responsabilidad de máxima autoridad municipal. Una vez más, la Sra. Romero habla en titulares sin atender a la realidad porque la desconoce, porque pasa demasiado tiempo fuera de la ciudad.
De conocerla, sabría que se ha invertido en nuevos almacenes municipales, instalaciones deportivas, accesibilidad, remodelación de parques, infraestructuras de conducción de agua, renovación de maquinaria municipal, que el colegio de Valverde será una realidad el próximo curso, que de una vez por todas está en vías de solución el problema de la plaza de Cervantes y un largo etcétera de inversiones tanto en el centro de la ciudad como en la periferia y pedanías. Eso sí, lamentamos decir que no se ha construido ninguna rotonda.
De conocer la realidad de esta ciudad, sabría que hemos sido seleccionados y participamos en el Proyecto de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado, cofinanciado mediante el Programa Operativo FEDER de Crecimiento Sostenible, cuyo objetivo fundamental es mejorar la calidad de vida de las ciudades de una forma integrada. Es decir, incluyendo aspectos que van desde la cohesión social y la lucha contra la pobreza hasta el fomento de la economía baja en carbono, la sostenibilidad medioambiental y la optimización del uso de los recursos. Esto es atender a los ciudadanos, no abandonarlos.
De conocer la realidad de la ciudad, sabría que los vecinos tienen ahora la posibilidad de acercarse en cualquier día, y a cualquier hora, al Ayuntamiento sabiendo que van a encontrar a la alcaldesa en su lugar. Sabría que el consistorio municipal es ahora un lugar de participación y no excluyente. Sabría que los vecinos de las pedanías eligen a sus alcaldes directamente; usted lo hacía a dedo.
Sabría que la ciudad continúa teniendo – y decimos continúa y no nos duelen prendas- un peso específico dentro de la provincia y de las instituciones regionales. Con su marcha no ha venido el caos, como pretende hacernos creer. Siguen funcionando actividades feriales y naciendo otras, muchas de ellas apoyadas por las administraciones públicas, tales como Fenavín, Fitur, ferisport, Fecirauto, Farcama, Fercicatur, Expobodas, Jugarama, fearteco, así como distintas y diversas manifestaciones congresuales. Y además, nadie se ha quejado del coste opaco de las luces de Navidad; entre otras cosas, porque las licitaciones que realiza el ayuntamiento se hacen de manera transparente.
En otoño se caen las hojas; la estación tiene eso, Sra. Romero. Ya llegará la primavera y entenderá que para el Partido Socialista es preferible atender las necesidades más acuciantes de las personas que invertir en el ornato exagerado de los parterres. Entendería por qué nos preocupa más que los niños de la ciudad puedan alimentarse adecuadamente antes que las flores de las jardineras o las hojas caídas. Usted recortó las ayudas a los comedores escolares en los tiempos de mayor necesidad, pero no hizo lo mismo con el boato.
El problema de Rosa Romero es que, antes, la gloria se la llevaba Rosa Romero; ahora, se la lleva el ayuntamiento, es decir, todos. Su problema es que no aprendió a separar lo privado de lo público. Ella se ponía la medalla, la ciudad ponía el patrimonio. A eso se le llama disparar con pólvora del rey. La ex alcaldesa con mayúscula, según su correligionario el Sr. Rodríguez, tendrá que preguntarse por qué perdió la confianza de los ciudadanos en las últimas municipales. Habrá que hacer terapia.
