Acaba de recibir dos importantes reconocimientos en nuestra provincia: el de Mayera de Honor en Pedro Muñoz y el premio “Mirada sin límite” de la Concejalía de Acción Social del Ayuntamiento de Ciudad Real. Ambos nacen con vocación de continuidad pero ambos tienen en común dos cosas: que son la primera edición y que han recaído en una artista de la talla de Rozalén, una de las figuras indiscutibles del panorama musical español.
Cuando se baja del escenario -o cuando está en él pero no para hacer lo que mejor sabe, cantar- es tímida y afirma que, aunque agradece infinitamente los premios que le entregan por el cariño que conllevan, le abruman los galardones. Es algo que no puede evitar ni ocultar con la honestidad que la caracteriza en todas su facetas.
P.- El Ayuntamiento de Ciudad Real te concede el premio “Mirada sin límite” –ya avisábamos en Lanza de que no tenías límites– por “tu sensibilidad artística y trayectoria en favor de la inclusión y la tolerancia, haciendo que estos valores sean una constante tanto en sus canciones como en sus conciertos, haciéndolos inclusivos para que lleguen al mayor número de personas posibles”. Reconocimiento que se sumó a otro que también se ha concedido por primera vez, el de Mayera de Honor de Pedro Muñoz. ¿Cómo los recibes?
R.- La verdad es que siempre que recibo algún premio, me da un poco de “vergüencica” al principio. Bueno, al principio y al final porque yo no me considero ni tan importante ni nada. Estamos haciendo cosas buenas, está claro, pero siempre pienso que lo merece otra gente más que yo.
Pero, aun así, claro que esto sienta muy bien porque los premios son como una palmadita en la espalda; son un ‘sigue por este camino’.
Por eso estoy súper, súper, súper agradecida y el recibimiento que tuve en los dos sitios fue espectacular.
P.- ¿Qué te parece compartirlo, en el caso del reconocimiento de Ciudad Real, con la Plataforma “Ciudad Real, Ciudad Refugio” de ayuda a las personas que huyen de conflictos armados buscando una vida mejor en nuestro país?
R.- ¿Ves? Es lo que te decía. Es un ejemplo de que la cantidad de gente que hay haciendo el bien a pie de calle, que es lo más difícil.
Tenía ganas de conocerlos porque me parece muy importante que en las ciudades de todo el país pensemos en los refugiados. Me pongo muy triste cuando la gente no entiende la situación de desesperación que puede tener alguien para lanzarse al mar, contra una concertina… Es muy bestia y a mí en mi casa me han enseñado que tengo que acoger y que nadie se puede quedar en la puerta de mi casa tirado…
P.- El premio está dotado con 1.000 euros que tenías la oportunidad de destinar al proyecto social que prefirieras…
R.- Había muchas y con proyectos muy interesantes, pero esta vez me apetecía que fuera para una asociación de mujeres y que ellas fueran las protagonistas. Por eso elegí Opañel, porque me encantó su trabajo.
P.- Rozalén, más allá de la impagable labor que realizas por la inclusión en tus conciertos, junto a una crack como Bea Romero con la que formas un equipo increíble, tu sensibilidad y solidaridad va aún más lejos. De hecho ambas os conocisteis trabajando por la cooperación. ¿Cómo fue el viaje que cambió tu vida y que se aprende allí que aquí nos cuesta darnos cuenta?
R.- Sí, Bea y yo nos conocimos gracias a un viaje a Bolivia de cooperación y sensibilización en el terreno organizado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Yo tenía alrededor de 21 años, era muy jovencica, y siempre digo que me cambió la vida porque era la primera vez que viajaba a Latinoamérica y me sirvió para conocer otras realidades y valorar lo que tenía aquí.
Allí me di cuenta de qué es realmente la felicidad y cuál debe ser la prioridad en la vida de uno.
Tenemos muchas ganas de volver a Bolivia, y si puede ser junticas pues mejor. Es importante conocer otras realidades, insisto, para espabilarnos un poquico.
P.- Sigues implicándote en proyectos de ese tipo visibilizando lugares que para el mundo más occidental son invisibles o, como mucho, meras cifras. ¿Qué te has traído de tu viaje por Guatemala?
R.- Ha sido muy bestia. Fui con Entreculturas y he vuelto muy tocada. Mira que vivo cosas muy intensas y también disfruto mucho en los viajes de la gira en otros países, pero la realidad que me han mostrado en Guatemala ha sido muy, muy, muy dura.
En estos casos es inevitable comparar con España la situación de las mujeres y, sobre todo, los niños en las zonas rurales y de la selva. Cuando veía su desnutrición yo pensaba en mi sobrino mismamente, en todos los privilegios que tiene aquí y se te parte el alma.
Pero, además, es un pueblo que ha sufrido muchísimo hace muy poco tiempo con un conflicto muy bestia entre los mismos vecinos del país, indígenas y no indígenas…
He venido con una realidad que no conocía de Centroamérica que es dura, dura, dura.
P.- Y, por desgracia, hay otras muchas historias que visibilizar como es la violencia de género -Rozalén fue una de las impulsoras del I Concierto Nacional contra la Violencia de Género. En una época en que se trata de denostar, ¿el feminismo es más necesario que nunca?
R.- No sé si más necesario que nunca porque, en realidad, el feminismo siempre es necesario. Siempre lo fue, seguramente antes mucho más porque las mujeres tenían muchos menos derechos que ahora.
Pero eso no significa que ahora no lo sea. Hoy en día lo sigue siendo y más cuando ha habido una reacción al movimiento feminista a través de gente que quiere cambiar los conceptos y echar para atrás leyes que costaron mucho.
Tenemos que seguir insistiendo y repitiendo lo que haga falta, especialmente que el feminismo es igualdad y no es lo contrario del machismo. El feminismo es necesario si queremos un mundo más justo, no hay otra forma de conseguirlo.
P.- Eres una mujer valiente y comprometida que no duda en hablar de lo que le interesa, y el más claro ejemplo es el disco Cuando el río suena, donde te refieres al celibato, la memoria histórica o ETA, entre otros muchos temas que, además, afectan a tu familia. ¿La sociedad está preparada y lo entiende o sigue reportándote críticas malintencionadas?
R.- Cuanto más hablo, más opino y más me posiciono, más críticas recibo. Pero también creo que la gente ha recibido con mucho respeto mis historias porque son las historias de mi familia, al tiempo que también las han vivido muchas personas de este país y por eso yo también las he tratado con mucho respeto y así es más sencillo que te respeten también a ti.
Sinceramente, quien me critica no ha escuchado bien lo que digo. No hay frase que pueda sentar mal a nadie porque está todo superpensado para no dañar a nadie.
¿Qué hay gente que no se alegra porque yo haya encontrado a nuestro desaparecido? Pues entonces no quiero que me escuche ese tipo de gente -reflexiona con dulzura-.
P.- Cuando se refieren a ti como una de las cantautoras más importantes de nuestro país, ¿te quita o te añade presión?
R.- La presión yo la tengo siempre y cada vez más. Cuando me dicen cosas así, siento mucha responsabilidad y tengo todo el rato la sensación de no querer defraudar.
Aún así, y sin que nadie me diga nada, es verdad que bastante presión me meto yo solica -sonríe-.
P.- Parece que, tradicionalmente, se ha asociado más el mundo de los cantautores a los hombres. No sé si tú has sentido más presión para poder llegar al lugar que te corresponde por méritos propios o si has tenido que soportar preguntas machistas que no le harían a un compañero.
R.- Es cierto que soy una mujer entre hombres porque hay muchos más cantautores que cantautoras, pero también es verdad que viene una generación muy potente y nos están dando mucha bola.
Yo, entre mis compañeros, he sentido mucho respeto pero es verdad que he tenido que soportar, y soporto, comentarios machistas porque vivimos en una sociedad en la que aún el machismo está ahí presente, claro. No se quita de un día para otro y tenemos que reeducarnos todos porque yo también soy la primera que a veces digo cosas machistas y me digo a mí misma que no puede ser, que tengo que cambiar eso.
Con mucho cariño, si alguien ve un micromachismo o recibe una pregunta que no le harían a un compañero, debe decirlo. Yo lo hago con mucha educación porque hay que decirlo.
P.- Rozalén, dado lo reciente de las elecciones y que aún ni siquiera se haya conformado el Gobierno, no sé cómo ve una mujer combativa como tú el ascenso de la ultraderecha y que pueda ser la llave en muchos lugares de nuestro país…
R.- Evidentemente a mí no me hace ninguna gracia. Me dan bastante miedo, ¿cómo lo voy a ver?. Y me da miedo porque creo que ya casi es una moda decir ‘yo soy fascista y creo que la mujer es menos que yo o que los negros son una raza inferior’… Que haya mucha gente que diga eso con naturalidad me asusta sinceramente.
Lo único que veo positivo es que no es todo el mundo, que son unos pocos nada más. La mayoría de la población no piensa así y espero que estos no hagan mucho ruido, aunque ya lo están haciendo.
Por eso nosotros seguiremos luchando por lo que pensamos que es bueno porque la luz siempre supera a la oscuridad. Siempre.
P.- ¿Para cuándo nuevo disco? Aunque este sigue triunfando y una prueba es el concierto del día 14 en el WiZink donde reuniste a 12.000 personas completamente entregadas a ti, incluso para cantarte el cumpleaños feliz…
R.- No tengo ni idea, aunque lo que sí puedo decirte es que estoy componiendo ya y tengo bastantes ideas y proyectitos… Así es que cuando esté el disco, pues saldrá -bromea-.
De todas formas, de momento, esta gira que tantas alegrías me está dando aún durará hasta octubre y tenemos un montón de conciertos y festivales así es que hay que seguir cantando.
P.- ¿A qué te gustaría cantarle o crees que es imprescindible que lo hagas en ese nuevo disco?
R.- Tengo un tema que me está costando mucho sacar, superpendiente desde hace tiempo, que es sobre la crisis de refugiados. Creo que es necesario hablar sobre lo que está ocurriendo en el Mediterráneo.
Creo que también es muy importante hablar sobre el medio ambiente, desde siempre, pero especialmente ahora que la gente está abriendo un poquito más los ojos y se está dando cuenta de que nos lo estamos cargando todo; ahora que llegan tantas imágenes de plásticos en el mar, por ejemplo. Hay que meter caña con eso porque es lo principal: si nos cargamos el planeta, hasta luego…
Pero son solo dos ejemplos porque hay mucho de lo que hablar.
P.- Por último María, no quería dejar pasar la ocasión de hablar de tu libro, como diría Paco Umbral. Es curioso que lo presentes diciendo “yo no soy poeta ni escritora” y que pidas a los lectores que “no te engañe un nombre conocido”. ¿Quizá esa sinceridad brutal es lo que lo ha convertido en un éxito?
R.- No lo sé. Me da mucho gusto que sea un éxito, pero en realidad yo todo lo que hago no lo hago para que se venda sino con honestidad. De hecho, me ha costado muchísimo sacar este libro porque me parecía que se iba a vender simplemente por ser yo, aunque mostrase algo que no fuera bueno.
Por eso le he dado muchas vueltas para ofrecer algo que es, sobre todo, honesto ya que no buscaba otra cosa: compartir cosas que he ido aprendiendo.
También es verdad que yo, en cierta manera, hago poesía y al final me pareció interesante que pueda haber gente que no lee normalmente y lee mi libro puede ser una posibilidad de abrirla a nuevos escritores o poetas que a mí me han movido tanto estos últimos años.
Me parecía como la manera en la que tenía que empezar.
P.- ¿Qué hay de Rozalén y que hay de María en esas páginas que se devoran en un día y que invitan a una relectura más sosegada para disfrutarlo?
R.- En realidad es que María y Rozalén es la misma cosa, porque en el escenario soy absolutamente yo. A veces me vengo arriba… ¡Pero es que esa también soy yo! -ríe-. y abajo soy igual.
No hay una persona y un personaje. Hay honestidad, solo es eso.
Los pequeños detalles de Rozalén
Rozalén es una mujer receptiva y enseguida responde con una sonrisa cuando le haces una propuesta diferente. En esta ocasión le pido que responda a un test breve que permita al público conocer más sobre la mujer que es.
1.- Un color… El violeta.
2.- Una canción… Ahora mismo no saco de mi cabeza ‘Peces de Ciudad’ -se la cantó a Ana Belén en “El cielo puede esperar”, el programa de humor de #0 donde celebraron su no funeral y la repitió en el concierto del WiZink center a petición del público en las redes-.
3.- Un libro… ‘Historias de Cronopios y Fama’ de Julio Cortázar.
4.- Una obra de teatro… Me impactó muchísimo la de ‘Cinco horas con Mario’, por ejemplo.
5.- Una película… La vida es bella, me enternece muchísimo.
6.- Un museo… El Museo del Prado, sin duda. Es el museo de mi vida.
7.- Un paisaje… El de mi sierra.
8.- Un olor… El de las mandarinas frente al fuego.
9.- Un sueño por cumplir… Ufff… ¡Es que lo he cumplido ya todo! Bueno, me gustaría cantar con Silvio Rodríguez o con René (Residente de Calle 13).
10.- Uno cumplido… ¡Buah! Todos… ¡Dios de mi vida! He cantado con todos mis maestros y en sitios muy grandes… El concierto del 14 en el WiZink Center de Madrid ha sido un sueño cumplido, sin duda.
11.- Un país que recomiendas visitar… Guatemala, ahora que lo tengo muy reciente.
12.- Lo último que te ha hecho reír… Me río mucho con mi madre.
13.- De lo último que te ha hecho llorar… El homenaje en Pedro Muñoz que me emocionó muchísimo. Es llanto de alegría porque me trataron muy bien. Igual que en el concierto del WiZink Center.
14.- Un viaje pendiente… Japón. O Senegal, que también me encantaría.
15.- Un recuerdo… Cualquiera que tenga que ver con Letur, porque es mi infancia. Por ejemplo, jugando con los gatos.
16.- Un tacto… las sábanas de franela es lo primero que me ha venido a la mente.
17.- Un deseo… Siempre deseo que no se me vaya la inspiración, que es a lo que más miedo tengo. Por favor, que no me falten canciones.
