El Museo López Villaseñor exhibe en tres de sus salas las más de setenta obras de la muestra ‘Des-habitados. La huella del vacío’, del artista valdepeñero Bernabé Gilabert. En la primera sala, retrata el desnudo interior de casas ocasionado por la piqueta o la retro, mostrando imágenes casi ‘impúdicas’ de paredes de colores y restos de tabiques y hastiales que formaron parte del cofre de privacidad de esos hogares. La geometría y abstracción continúa en la segunda sala con la recreación de combinaciones de colores y disposición de zócalos, ya en el exterior de las viviendas, conformando composiciones de una belleza que apela a lo casual y que recuerdan a Mondrian, el constructivismo e informalismo. En cuanto a la tercera sala, ubica en ella sus últimas obras en las que investiga sobre el espacio adquiriendo lo plano profundidad y fondo con el juego de geometrías y sombras.
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