Ecologistas en Acción respalda la manifestación convocada por quince plataformas ciudadanas de toda la península que recorrerá Madrid el próximo 31 de marzo bajo el lema ‘La revuelta de la España vaciada’. La organización comparte la preocupación en torno a la despoblación rural y defienden “un mundo rural, justo y sostenible” y espera que esta movilización catalice un “cambio radical” en las políticas públicas.
Frente al “modelo capitalista, centralista y urbano” imperante, los ecologistas reivindican nuevos modelos de desarrollo rural, basados en la conservación de la naturaleza, la mejora de las comunicaciones y la recuperación de los servicios públicos.
Ecologistas en Acción reclama políticas públicas “urgentes” que frenen la despoblación del mundo rural y lo reviertan. También piden que no se “criminalicen” a jóvenes que devuelven la vida y la economía a pueblos abandonados como Fraguas, ni a alcaldes como el de Carcaboso, Alberto Cañedo, “que apuestan por un desarrollo local con base agroecológica”.
Habitantes de primera y “de segunda”
La industrialización y mecanización de la agricultura y otras actividades económicas impulsó desde los años 60 un éxodo rural en estos territorios que no ha parado. Desde entonces, Ecologistas en Acción señala que los pueblos se han vaciado, no solo de niños y niñas, de mujeres y jóvenes, sino también de servicios sociales: escuelas, comercios y estaciones de tren.
El campo abandonado y los pueblos vaciados ha dado lugar a “habitantes de segunda”, pese a que tradicionalmente sus habitantes han defendido “el delicado equilibrio de la vida humana y la del resto de la naturaleza”. Las consecuencias de este vaciamiento se traducen en “contaminación, pérdida de suelos, destrucción o alteración de hábitats, malgasto de agua, más desempleo y abandono rural”.
Asimismo, la organización destaca que el abandono del cambo constituye el “sustrato perfecto” para que se puedan desarrollar “megaproyectos” que no benefician al medio ambiente, como minas, mataderos dentro de un modelo de ganadería industrial, campos de golf y enormes urbanizaciones de segundas residencias.
El despoblamiento también ha tenido lugar en algunas capitales de provincia, especialmente en el interior peninsular. Las grandes infraestructuras con las que se han dotado no han servido para fijar la población ni para generar empleo. Los ecologistas apuntan que “el problema de estos territorios deriva fundamentalmente del modelo de desarrollo económico el Estado español que, en línea con la globalización capitalista, ha fomentado la concentración de la producción y las inversiones en unos territorios a costa de otros”.
Propuestas para frenar la despoblación
La organización ecologista cree que para revertir esta situación es imprescindible un cambio en el modelo de desarrollo rural, que permita recuperar los servicios sociales con gestión pública, mejorar las infraestructuras y la red de comunicaciones, erradicar el modelo de extracción masiva de recursos a través de la minería, la agroindustria y otras actividades contaminantes, además de fomentar la conservación de la biodiversidad y el patrimonio rural.
También hacen referencia a la recuperación de “terrenos comunales” para iniciativas agroecológicas, fomentar el establecimiento de industrias que prioricen la calidad de los productos, la salud y la generación de empleo, e introducir un nuevo modelo educativo que transmita valores asociados a las culturales rurales y de defensa del territorio.
