Ser mujer. Esa es la única característica común entre las víctimas de la violencia de género. Da igual al estrato social al que pertenezcas, tu nacionalidad o tu edad porque el motivo por el que son agredidas es solo uno: son mujeres y eso concede a los maltratadores todo el derecho a hacer lo que quieran con ellas.
Pero hay salida. Hay una luz para quienes intentan salir y una de las personas que mejor lo sabe es la directora de la Casa de Acogida de Ciudad Real, Fátima Mondéjar, quien lleba años viendo como son muchas las mujeres que consiguen cambiar sus vidas para comenzar a ser lo felices que nunca debieron dejar de ser.
Así lo explica a Lanzadigital.com la directora de la Casa de la Mujer de Ciudad Real, Fátima Mondéjar, quien hace hincapié en que las administraciones facilitan a las mujeres víctimas una atención completamente personalizada que les permita empoderarse y romperdefinitivamente con el círculo de la violencia.
“Aunque pueda parecer muy complicado, porque no es nada fácil, lo cierto es que una mujer que crea que esta siendo víctima de género tiene muchos recursos a los que acudir. Desde los teléfonos 900 100 114 o 016, atendidos las 24 horas del día por profesionales y que no dejan rastro en la factura, hasta acudir directamente al ccentro de la mujer de referencia de su zona”, explica Mondéjar.
Uno de los recursos disponibles, si los profesionales de los centros de la mujer o de estos teléfonos así lo consideran por motivos económicos o de seguridad, son las casas de acogida. El proceso se inicia con el paso de la víctima un par de semanas en un centro de urgencias donde valoran la situación y luego pasan a una casa de acogida de larga estancia, que es por ejemplo la de Ciudad Real.
Allí las mujeres y sus hijos, en caso de tenerlos, reciben una atención integral las 24 horas del día y se van definiendo los recursos a los que se las van a derivar, siempre de forma personalizada y con el objetivo de empoderarlas y que dispongan de las herramientas que les garantizan poder vivir una nueva vida plena. El trabajo se fundamenta en las áreas laboral, social y psicológico, además de judicial si fuera necesario.
“Atendemos de forma integral a estas mujeres desde el minuto uno, ofreciéndoles apoyos que, después, vamos retirando poco a poco y según van estando preparadas. No promovemos que tengan dependencia hacia nosotras, porque sería repetir el patrón, cambiar una violencia por otra. Vamos haciendo que vrecuperen la autonomía que nunca debieron perder y lo hacemos siempre de forma individualizada en función de los avances que vamos viendo”, concluye Fátima Mondéjar.