El desabastecimiento de medicamentos es una de las principales preocupaciones del sector salud debido a su progresivo aumento, como lo reflejan diversos informes, entre los que destaca el ‘PGEU Medicine Shortages Report 2023’, en el que han participado 26 países, entre ellos, España.
Según esta publicación, los farmacéuticos dedican tres veces más tiempo a abordar situaciones de localización de fármacos en comparación con hace tan solo una década. Con un promedio de 9,5 horas mensuales por cada profesional, se puede estimar que los titulares de farmacia destinan un coste considerable para abordar este desafío creciente.
Considerando el sueldo por convenio farmacéutico para 2024, fijado en 16,62€ por hora, el cálculo revela que, cada mes, se invierten, aproximadamente, 631,56€ por farmacia para hacer frente a este complejo escenario. Esto se traduce en un gasto anual significativo de 7.578,72 euros por botica.
En consecuencia, el desabastecimiento de medicamentos no solo se traduce en la pérdida de adherencia a los tratamientos o el posible colapso del sistema sanitario, según lo indicado por el I Informe de desabastecimiento de medicamentos de LUDA Partners, publicado hace unos días, sino que también implica un gasto adicional para los titulares de farmacia, quienes buscan resolver un problema del cual no son responsables y que surge por diversas causas, como el aumento puntual de la demanda, los conflictos internacionales, la regulación de los precios de los medicamentos o las nuevas tendencias en redes sociales, entre otras.
Respuestas del paciente y los profesionales de la salud
En este punto, es importante destacar que este problema tiene un alcance global, como lo demuestra el citado informe del PGEU, donde profesionales franceses relatan haber vivido hostilidad y agresiones de pacientes que no comprenden la imposibilidad de obtener de inmediato su medicamento.
Aunque las reacciones de los pacientes varían, en nuestro país, por ejemplo, José María Gómez, titular de la Farmacia El Rodeo 12h, en España, subraya que “los pacientes son cada vez más conscientes de que las faltas de medicamentos no son responsabilidad de los farmacéuticos. Por tanto, los españoles se están adaptando y no reaccionan tan negativamente como antes”.
Sin embargo, los profesionales del sector farmacéutico, conscientes de los riesgos a los que se enfrentan los pacientes, llevan meses implementando diversas soluciones, como la sustitución por genéricos, la importación desde otros países o la formulación magistral. Cada país depende de su legislación para aplicar ciertas medidas. En este sentido, España ha desarrollado una red digital única y solidaria entre farmacéuticos, que tiene como objetivo ayudar al paciente a localizar la farmacia más cercana que disponga del medicamento que busca.
Un modelo aplicable a todas las farmacias del mundo
En España, los profesionales de la farmacia se encuentran con grandes dificultades debido a las limitaciones regulatorias que existen a la hora de sustituir unos medicamentos por otros. Sin embargo, han dado un paso adelante al unirse a la primera y única red digital de farmacias a nivel mundial que está mostrando resultados en la búsqueda y resolución de problemas de desabastecimiento y recuperación del canal de venta online de parafarmacia.
Esta iniciativa permite a los farmacéuticos localizar, de manera instantánea, a través de la herramienta LUDA, la farmacia más cercana que disponga del medicamento buscado cuando un paciente acude a su farmacia habitual y esta no lo tiene disponible para su dispensación. Esto evita que el paciente tenga que peregrinar por decenas de boticas, ahorrando tiempo en un asunto donde cada minuto cuenta.
Solo en el año 2023, esta herramienta 100% tecnológica ha beneficiado a aproximadamente 162.000 pacientes al permitirles localizar su medicación de manera rápida y exitosa.
Esta innovadora iniciativa destaca la importancia de los servicios profesionales asistenciales y gracias a su inmediatez, tiene el potencial de reducir los tiempos de espera y los costes asociados a la localización de medicamentos en falta, liberando recursos para otras tareas importantes dentro de la atención farmacéutica. Por tanto, este es un ejemplo concreto de cómo la tecnología puede mejorar el acceso a la atención sanitaria y, a su vez, optimizar los recursos disponibles dentro del sistema de salud.
