La gastronomía de Castilla-La Mancha se nutre de algunos productos y alimentos que configuran el suculento armazón de sus despensas, y que muchas veces sin saberlo, estarán presentes en los platos degustados por el visitante. Ahí aparecen: el aceite de oliva, un lujo para la cocina y un deleite milenario; el azafrán, el “oro” rojo de La Mancha; el queso manchego, de sabor y propiedades únicas; el cordero manchego, tierno y suave; el ajo morado de Las Pedroñeras, con su sabor intenso y sus beneficiosas propiedades; el melón de La Mancha, jugoso y versátil; la berenjena de Almagro, deliciosa y única; la miel, fina y cremosa; el mazapán de Toledo, exquisito dulce de larga tradición; o el pan de Cruz, de fina corteza y consistente miga. Además, siempre hay hueco para las carnes de vacuno, de caza, jamones, champiñones, pimientos, espárragos, tomates, albaricoques, cebollas, truchas, lentejas, garbanzos, judías, habas y guisantes, por citar sólo algunos de los productos que aquí se cultivan y que forman parte de los platos que nutren sus cocinas.
De esas cocinas castellano-manchegas, y por citar algunos de los platos que no defraudan, salen las carcamusas de Toledo, los duelos y quebrantos, las gachas y gazpachos manchegos, las migas del pastor, el morteruelo, el pisto manchego, el asadillo, las sopas de ajo, los guisos de caza, los zarajos, el atascaburras, el tojunto, las flores, el tiznao, el ajo mataero o pringue, los miguelitos, las calderetas…
El mayor viñedo del mundo
Y no podemos olvidarnos del perfecto maridaje que ofrecen los vinos de la región. Viajar por los campos, pueblos y ciudades de Castilla-La Mancha con el vino como protagonista nos permite conocer el mayor viñedo del mundo y disfrutar de manera intensa e inmersiva de todo aquello que rodea al mundo vitivinícola. De la mano del vino la región ofrece en un mundo por descubrir entre cepas, barricas y bodegas. Un viaje sosegado y cercano que se transforma en toda una experiencia para los sentidos.
Castilla-La Mancha es el mayor viñedo del mundo. El clima y la composición de sus tierras han posibilitado que casi un 8 por ciento de la superficie vinícola mundial se encuentra en las llanuras de sus cinco provincias, donde se elabora aproximadamente el 50 por ciento en volumen de la producción total española. El vino es patrimonio destacado de la identidad de la región, juega un papel clave en muchas costumbre y fiestas populares, por no hablar de su relevancia en el conjunto del tejido económico regional. La evolución y modernización en el cultivo y producción abordado en las últimas décadas ha provocado que los caldos castellanomanchegos se codeen hoy con los mejores vinos del planeta.
Con denominación
El buen nombre de los vinos de Castilla-La Mancha está avalado por sus nueve denominaciones de origen que velan por la calidad, elevado prestigio y características propias de la producción de las bodegas de la región: Manchuela, Valdepeñas, La Mancha, Almansa, Uclés, Méntrida, Jumilla, Mondéjar y Ribera del Júcar. También encontramos diferentes vinos de calidad calificados como Vinos de Pago, que garantizan la procedencia de las uvas de una zona geográfica con unas características específicas, y la denominación Vinos de la Tierra de Castilla donde se enmarcan una gran variedad de vinos de la región.
Experiencias únicas
El vino de Castilla-La Mancha no solo se disfruta bebiéndolo y acompañando a la variada y rica gastronomía de la región, también nos esperan sus bodegas para visitar sus viñedos, conocer el silencio de sus salas de crianza, disfrutar de sus propiedades terapéuticas, participar en la recolección de sus racimos, iniciarse en los secretos de la cata o sentir los inconfundibles aromas que se desprenden durante su fermentación o maceración.
El enoturismo está de moda y Castilla-La Mancha es la región ideal para practicarlo. Las bodegas son lugares mágicos -desde centenarias cuevas excavadas bajo el subsuelo a pintorescos caserones de construcción popular y altas chimeneas, pasando por la arquitectura de vanguardia que apuesta por la sostenibilidad medioambiental- que abren al visitante sus instalaciones con atractivos usos hosteleros y de ocio.