El profesor de Lengua y Literatura españolas, folklorista y cervantista ciudarrealeño Jerónimo Anaya ha explorado el territorio emocional humano, a través de la trayectoria vital de Bienvenido de la Fuente, un personaje sobre el que pivota su primera novela, que ha presentado esta tarde en la capital.
Con un estilo entre experimental y clásico, según sus propias palabras, ‘Bienvenido de la Fuente’ engancha desde los primeros compases narrativos dentro de una historia que se inicia en la niñez del protagonista a mediados del pasado siglo, y que continúa con distintos y contrastados episodios, en los que tiene que sobrevivir física y adaptativamente.
Bienvenido es un niño dos veces abandonado: una, recién nacido; y otra, cuando le llevan al colegio lejos del pueblo donde ha vivido con sus padres adoptivos.
“Intenta descubrir su identidad” a lo largo de los años, en los que se entrecruzan muchos personajes e historias, “unas realistas y otras más inverosímiles”, hasta que al final “se va descubriendo la trama”.
Del proceso creativo, Anaya, también poeta e investigador, destaca dos partes: una “más rápida” centrada en el diseño de la trama y la definición de los personajes, y la segunda, en la que “juega con el lenguaje” y hasta el autor “se mete en la novela”.
En la presentación de la novela en el antiguo Casino, que ha llenado el público, Anaya también ha desvelado que los diccionarios de Julio Caseres, María Moliner y el combinatorio de Ingnacio Bosque le han servido de base linguística y gramatical para componer la novela, editada por Acen.
Influencias
Jorge Sánchez Lillo, historiador experto en temas hispanoamericanos y en castillos, ha destacado la mezcla entre la ficción y la realidad que hace Anaya en torno al “enigma” personal del protagonista, en una trama no exenta de intriga. Ha segurado que la “tmidez y la prudencia2 caranterizan no sólo a Bienvenio, sino que impregna todo el desarrollo de su deriva más personal.
Francisco Alía, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Castilla La Mancha, también ha intervenido para subrayar la influencia de “los tres Migueles” a los que admira Anaya, como son Miguel de Cervantes, Miguel Unamuno y Miguel Delibes.
A su juicio, transpiran en las páginas de un “libro humano y cercano” las indagaciones de las investigaciones del autor sobre el Quijote y la cultura popular manchega. Igualmente, hay influencias, según el profesor, de las propias cualidades de Anaya -calidad humana, esfuerzo y tesón- y de las que atesora como persona, al ser un “hombre sabio, generoso y de profundos valores”.
También ha participado el filólogo románico Pedro J. Isado.