La exposición pone en comunicación un total de 23 obras distinguidas en el período de 2004 a 2009 que, al igual que en ediciones anteriores, se caracterizan por su contemporaneidad y por ser de autores, por lo general, muy vinculados con la provincia y que tienen una carrera profesional de gran proyección a nivel nacional e incluso internacional.
Respecto a las anteriores muestras de arte contemporáneo de los premios de la Diputación, esta cuarta edición se caracteriza por una mayor presencia de autores de otras latitudes, lo que refleja la capacidad de convocatoria de los certámenes pictóricos de la provincia, en los que también se produce un sugerente diálogo entre la producción de los autores locales con proyección al exterior y la obra de los artista de fuera.
En esta 4ª Muestra también están presentes autores más multidisciplinares que incorporan procedimientos, trabajan el vídeo y las técnicas digitales, hacen uso de las propuestas de la instalación y emplean nuevos pigmentos y resinas, así como materiales como el metacrilato, lo que viene a ampliar el concepto de pintura y los rasgos distintivos del arte contemporáneo, destacó la directora del Cex, Marisa Giménez.
La muestra se enmarca en el propósito de enseñar y difundir el arte contemporáneo presente en las colecciones públicas y, de esta manera, colabora con habituar al conjunto de los espectadores a las creaciones más actuales que, a veces, pueden generar extrañeza por sus planteamientos o el mestizaje en el uso de materiales, técnicas y conceptos, pero que están estrechamente vinculadas con las preocupaciones y temas de actualidad.
La muestra se halla instalada en las dos salas y la entrada del CEX. En una de la salas, se encuentran en diálogo obras en las que están muy presentes los lenguajes constructivos como las de Ángeles Díaz-Mauriño y Fernando García de Cossío, y otras de evocaciones más oníricas como las de Ximo Amigó y Aitor Lajarin.
La congelada potencia de los gritos de Elena Poblete, esta vez con un autodefinido como fondo, y el estudio sobre los límites del movimiento de Moisés Mahiques también se encuentran, entre otras obras, en esta sala, así como las mujeres de Laura Medina, mientras que en el hall central se halla la sugerente pintura neometafísica de Sara Quintero con su escena urbana en ruinas y un bodegón abstractizado de Pedro Morales Elipe en el que se vale de elementos cotidianos y juega con la geometría del rectángulo.
Entre Zurbarán y el Zen oscila la preciosa pintura hiperrealista del japonés Teruhiro Ando con gotas de agua sobre una tela que también se exhibe en la zona de entrada del Cex, cuya otra sala permite disfrutar, entre otras piezas, con la propuesta kitsch, pop y profundamente irónica y alegre de Jorge Pérez Parada, el realismo esencial de Fermín García Sevilla, la estética del cine en blanco y negro y el juego de luces y sombras de José Luis Pastor, el impactante op-art de Ernesto Casero y el sugerente y simbólico realismo de Abdón Anguita.