El Festival Internacional de Teatro Contemporáneo Lazarillo renueva su imagen coincidiendo con su 50 aniversario. Así lo han explicado Rebeca Cuenca, directora del FITC Lazarillo, y Carlos Ruiz,
presidente de Lazarillo TCE, en una rueda de prensa en la que han presentado esta nueva imagen que “supone la primera novedad de una edición muy especial en la que habrá sorpresas con las que celebraremos la historia del festival, su éxito presente y el camino que queremos recorrer en el futuro”.
Según han explicado, la nueva imagen representa a un equipo formado por un grupo de jóvenes con el firme compromiso de mantener un festival que alcanza ya 50 ediciones. Por este motivo, el equipo de trabajo del festival ha decidido que esta importante efeméride era un momento idóneo para celebrar este hito con una imagen renovada y más contemporánea pero sin perder la esencia de un festival que es único en la región, tanto en su formato como en su contenido, y que se ha convertido en uno de los más longevos.
Lazarillo cobra más protagonismo
Este rebranding ha sido realizado por Safía Aboulatahia y Ana Collantes, a quienes el equipo del festival ha agradecido su colaboración desinteresada. Por otro lado, han puesto en valor el trabajo que ambas han desarrollado “con tanta ilusión por representar realmente lo que somos como equipo y lo que es el FITC Lazarillo”.
Se conservan los colores que identifican al festival, especialmente el rojo y el negro, y evolucionan las fuentes “como ha ido evolucionando la programación, el equipo y el público”. Además, es la asociación la que cobra un mayor protagonismo en la imagen simbolizando así la unión entre este evento y la entidad sin la que no tendría sentido porque nace y se nutre de ella.
“Todos los miembros del equipo actual venimos de la asociación y de aprender en sus escuelas por lo que entendíamos que había que darle más protagonismo y remarcar que el festival es una parte más de Lazarillo TCE”, han explicado. En este sentido, han expuesto que “vivimos la asociación y el festival como un punto de encuentro y convivencia, de ahí que las caras de ‘lazarillo’ aparezcan por primera vez mirándose frente a frente”.
Se trata de mantener la identidad de este festival “de personalidad muy marcada desde hace décadas” a la vez que se logra reflejar de manera más gráfica y visible su conexión con la asociación, su evolución hacia un teatro más innovador, más comprometido y más social y los cambios que se han ido produciendo en su equipo en el que se aúna experiencia y juventud. “Trabajamos mirando todo el rato hacia atrás para poder construir lo que vendrá”, han concluido
