La Caminera Club de Campo (Torrenueva) acogió el pasado fin de semana (7 y 8 de julio), y por tercer año consecutivo, el Campeonato de España de Vuelo Acrobático en sus modalidades de Clásico Ilimitado y Freestyle coronando a Olivier Masurel y a Cástor Fantoba como grandes campeones y dejando claro que el equipo español está preparado y goza de buena salud para pelear por grandes títulos.
Diez pilotos, siete aviones, un gran ambiente, organización a la perfección y un entorno espectacular fueron los ingredientes de un fin de semana donde Torrenueva fue la capital del vuelo acrobático en España.
Mucho trabajo detrás
Para organizar un Campeonato de España de Vuelo Acrobático se necesitan muchas cosas, pero basta con tener a Álex Moore como directora del evento y a Juanjo Martínez Ortiz de Zárate como director del hotel para que toda salga de maravilla. Nos recibe el domingo antes de la prueba el director del hotel justo antes de descargar un camión con carga para el evento. Lo primero que hace es llevarnos a una terraza del hotel para presentarnos a Fermín, un lince ibérico que fue puesto en libertad hace unos años y que decidió ser un huésped más de la finca. Allí estaba, en la sombra de una mesa, echándose una buena siesta para firmar la primera anécdota del reportaje.
Diligente en sus facetas, Juanjo Martínez nos enseña las instalaciones y comenta lo que tiene por delante: “Tenemos una semana movidita; llegará la organización, los pilotos y tenemos más del cien por cien de ocupación para esta grande cita”.
A partir del martes o miércoles comienzan a llegar los primeros aviones. No llega un camión con la aeronave dentro, sino que son los propios pilotos los que se desplazan desde Madrid, Valladolid y otros puntos de España para aparcar en el hangar y comenzar los primeros entrenamientos.
Después de los entrenamientos libres llega el viernes, primer día de competición, y el sábado, el día ‘gordo’ del campeonato. Finalmente, y después de un campeonato muy ajustado, abierto y vibrante hasta el final, Olivier Masurel se corona como campeón de España en Clásico Ilimitado y Cástor Fantoba en el Freestyle después de un fin de semana para enmarcar.
Unas instalaciones de primera
La Caminera Club de Campo es, sin duda, un hotel de primera. De cinco estrellas, para ser exactos, donde su restaurante, Retama, presume de tener una estrella Michelín. También tiene un spa para relajarte y desconectar de la vida diaria, y unas cómodas y lujosas habitaciones donde vivir grandes experiencias. La piscina invita a sofocar el calor de un verano que aprieta bastante.
A todo esto hay que sumarle un campo de golf de nueve hoyos, un minigolf y todo tipo de actividades relacionadas con la caza y la gastronomía. La guinda del pastel es el aeródromo con una pista de aterrizaje de 1.400 metros que hace estar conectado a cualquier lugar del mundo por el cielo.
En ese aeródromo hay un hangar preparado para recibir hasta siete aviones. En la jornada de entrenamientos y de pura competición, este hangar se presenta como un terreno sagrado donde cada piloto memoriza y practica sus programas de vuelo para llevarlos al aire. Una instantánea que parece una conjura con los pilotos bailando sobre sí mismos con los ojos cerrados y con máxima concentración.
Clásico Ilimitado y Freestyle, entre la perfección geométrica y la espectacularidad
El campeonato de España es una reproducción a escala reducida de una prueba internacional. A través de esta competición se seleccionan los pilotos que representarán a España formando parte del Equipo Nacional. En competición, se pide al avión su mayor rendimiento y prestaciones, pero buscando simultáneamente la máxima precisión. También al piloto se le pide el máximo, volando complicados programas mientras se trabaja con aceleraciones de hasta 10 G (10 veces la aceleración de la gravedad), tanto en positivo como en negativo, lo que da una horquilla de 20 G, más que ninguna otra actividad humana.
¿Qué es la acrobacia? El vuelo acrobático con motor es la disciplina más espectacular de los deportes aéreos. Una buena preparación, mucha sangre fría y aptitud. Hay dos tipos de vuelo acrobático: 1. La acrobacia deportiva clásica es una especialidad del vuelo con motor, en la cual se realizan unas figuras determinadas enlazadas en forma de programa, dentro de una “caja” imaginaria de un kilómetro cúbico. 2. El Freestyle es un vuelo en base a la imaginación y coreografía. Un buen piloto de exhibición mantiene a los espectadores sin aliento. Los mejores pilotos de exhibición provienen de la alta competición clásica internacional. En Clásico, se busca la perfección geométrica del vuelo, en Freestyle, lo espectacular y radical, acompañado por humo y música.
Las maniobras principales a la hora de realizar acrobacia incluyen la rotación del aparato sobre su eje longitudinal (alabeo), sobre su eje transversal (cabeceo) y sobre su eje vertical (guiñada). Según la dificultad, se distinguen cinco categorías Primary (nivel elemental o de iniciación), Sportsman (deportivo), Intermediate (Intermedio), Advanced (avanzado) y la modalidad de Unlimited (Ilimitado), en la que compiten los mejores pilotos del mundo. La puntuación la otorgan los jueces, quienes, con la ayuda de un asistente, valoran cada vuelo en función de factores como la calidad de cada figura y el posicionamiento (puntuadas de 0 a 10). La caja de acrobacia aérea es un volumen de espacio aéreo en el cual el avión acrobático debe permanecer mientras realiza una secuencia. Un cubo imaginario de un kilómetro de lado descansando sobre el suelo. Ese es el escenario en el que se desarrolla el vuelo acrobático. Escenario, que no circuito: en el mundo de las tres dimensiones no se sigue una pista o trazado predeterminado, como ocurre por ejemplo en el automovilismo, sino que cada piloto marca su rumbo. Velocidades que llegan a los 450 kilómetros por hora, exposiciones hasta a 10 Gs (diez veces la fuerza de la gravedad, el doble de lo que soportan los pilotos de Fórmula 1) o luchar contra la pérdida de la consciencia en agresivas maniobras.
Un piloto acrobático necesita muchísimas horas de vuelo, pero además buenos reflejos, un tono físico importante, puesto que las condiciones a las que se enfrenta en vuelo son considerablemente peores que en el resto de deportes de motor y una capacidad de concentración y motivación a prueba de bomba. La destreza del hombre predomina sobre las cualidades de la máquina.