VIÑA ALBALI VALDEPEÑAS FS 6 |
NATURPELLET SEGOVIA 3 |
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Coro, Chino, Dani Santos, Manu García y Juanan – quinteto inicial – También jugaron Víctor Montes, Lluc, José Mario, Kike, Zamo y Mimi. | Soares, Edu, Álvaro, Chus y Álex Fuentes – quinteto inicial – También jugaron Raya, Iago Rodríguez, Munir y Antonio Diz. |
ÁRBITROS Delgado Sastre y Rabadán Sáinz, del colegio valenciano. Lo mejor del panorama nacional. Gran actuación. Amonestaron por parte local a Dani Santos y por parte visitante a Álvaro. |
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GOLES 0-1. Min 2. Chus. 1-1. Min 20. Chino. 2-1. Min 22. José Mario. 2-2. Min 23. Chus. 3-2. Min 25. Manu García. 4-2. Min 25. Chino. 5-2. Min 36. Kike. 5-3. Min 39. Chus. 6-3. Min 39. Kike. |
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INCIDENCIAS Partido correspondiente a la última jornada de la Primera División de la LNFS disputado en el Pabellón Virgen de la Cabeza de Valdepeñas. Ambientazo de gala con un lleno absoluto. Más de 2000 personas se dieron cita en una cita histórica donde el Viña Albali Valdepeñas certificó su permanencia en la máxima categoría del fútbol sala nacional. |
Valdepeñas nunca se rinde. No se rindió hace 211 años y no lo iba a hacer en pleno siglo XXI cuando el fútbol sala se ha convertido en una religión en la ciudad del vino. La ciudad vinatera no se despertó del sueño y seguirá soñando, un año más, en la mejor liga de fútbol sala del mundo. Pero el sueño, como casi todos, tuvo fases dulces y pesadillas, pero siempre, con final feliz.
En medio de ese sueño, la Marea Azulona evocó la hazaña de dos siglos atrás. Entonces, Juana la Galana, Chaleco y otros tantos valientes se opusieron a las tropas de Napoleón en plena Guerra de la Independencia. Doscientos años después, no había cachiporras, ni jarros de agua caliente, ni clavos para derribar la caballería de la tropa rival. Pero sí había bufandas, tambores y azul. Mucho azul. Ese mismo azul con el que Valdepeñas volvió a escribir con letras de oro en su bonita historia.
Veintiséis horas antes del encuentro, una veintena de aficionados aguardaban a las tropas francesas provenientes de Santa Cruz. La espera era tensa. En juego, apenas unas entradas. No llegó el ejército de Napoleón, pero sí unos cuantos jugadores, acompañados por su presidente, para dar un pequeño ágape y amenizar la espera.
Afición, bendita locura
El día de la batalla más importante, la afición no defraudó. Valdepeñas se tiño de azul ante uno de los capítulos más importantes de su historia. En juego, seguir soñando. Desde el mediodía, los locos de siempre, cantaban y animaban para ganar su partido. Tres horas antes del encuentro, el ‘Infierno de La Mancha’ esperaba ansiosa la llegada de sus soldados. Llegaron en un pequeño autobús alucinando con lo que veían al otro lado del cristal. Las bengalas tiñeron de azul una atmósfera preciosa. La tensión se palpaba. Apenas cuarenta minutos separaban la gloria del infierno.
Tensión y remontada
El Virgen de la Cabeza no se cayó abajo por poco. Tal vez la última reforma vaticinó grandes tardes de gloria. La escala de Richter tuvo un conato de terremoto. Eran los botes y los decibelios de una afición que se entregó en una tarde como nunca. Para colmo, el partido se puso feo desde el principio. Todo el mundo era consciente de la difícil situación institucional del Segovia, pero otros tantos no se fiaban de la profesionalidad de un equipo que dio guerra hasta el último momento y que murió con la cabeza bien alta.
Chus, con un lanzamiento de falta, adelantaba a los segovianos. A partir de aquí, las ocasiones se sucedieron y el Viña Albali Valdepeñas coleccionó las mejores. Dominó prácticamente todo el partido el conjunto de David Ramos, pero acusó la pegada. Juanan, en varias ocasiones, tuvo el empate, pero Soares, como todos los porteros visitantes, llegó a Valdepeñas con la intención de ser internacional. Chino, Víctor Montes y José Mario, también lo intentaron sin suerte, pero entre el palo y la gran actuación de Soares, dejó el partido abierto y bonito hasta el filo del descanso, justo el momento en el apareció Chino para mandar un trallazo por toda la escuadra y poner el 1-1 al descanso.
Llegó la sentencia
Tras hacer lo más difícil y empatar, el Viña Albali Valdepeñas salió con una marcha más al partido. A los dos minutos, una gran jugada de Víctor Montes terminó en un gran disparo. De nuevo apareció el portero segoviano para despejar el peligro, pero en el rechace, José Mario se tiró con todo para poner el 2-1 en el marcador.
Poco le duró la alegría al cuadro vinatero que vio, un minuto después, como Chus hacía el segundo para poner de nuevo el empate. Luego Juanan, tuvo en dos claras ocasiones el 3-2, pero la mala puntería y el palo acabaron con sus intenciones. Sin embargo, Manu García se puso el traje de la fe para luchar un balón hasta el último momento y tocarla con lo justo para poner el 3-2. El balón entró llorando, pero entró. Y acto seguido, con el Segovia medio grogui, Chino robó un balón en la salida del balón para fusilar de nuevo a Thiago Soares y poner el 4-2.
La salvación estaba a apenas diez minutos y Víctor Montes y Chino tuvieron el quinto, pero esta vez se vistió de gato el bueno de Soares para volar por los aires y sacar una mano imposible. Se la jugó el Segovia jugando de cinco a falta de siete para el final y en medio de esa ruleta rusa podía pasar cualquier cosa. Edu pudo acortar distancias, pero por si acaso, ahí estaba Coro para rubricar su gran temporada. Lluc también tuvo su oportunidad, pero en la portería contraria a veces había un muro y otras, un portero de carne y hueso.
A cuatro del final, Kike la robó, se fue de uno y de dos y la pegó con todo para poner el 5-2. Chus, en una desgraciada acción de Manu García, aprovechaba para poner el 5-3 pero, de nuevo Kike, puso la calma en el último minuto para poner el definitivo 6-3 en el marcador.
Al final, victoria importantísima y victoria crucial de un Viña Albali Valdepeñas que se ha ganado el derecho de seguir soñando y que continuará, un año más, en la mejor liga de fútbol sala del mundo.