Hubo sentimientos de todo tipo en la semifinal. Emoción, pasión, alegría con el gol de Chino, decepción con la remontada de Movistar Inter, orgullo, alegría de nuevo con los dos goles de Cainan y sufrimiento. Todo eso junto, en 40 minutos, explotó en la grada y en la pista con el pitido final. El 2-3 campeaba en los marcadores del pabellón Martín Carpena de Málaga a favor del Viña Albali Valdepeñas. Se había logrado el triunfo. El billete para la final de este domingo de la Copa de España estaba en el bolsillo de los de David Ramos y algunos reían, muchos se abrazaban y otros lloraban, de alegría, claro. Era historia del club.
El festejo fue glorioso. Bien lo valía. Los jugadores y técnicos volvieron a fundirse juntos antes de dirigirse a su hinchada, la que la había impulsado hacia la victoria. Una celebración a lo grande, que podría quedarse, incluso, pequeña si este domingo el Viña Albali Valdepeñas sella su sueño y levanta la Copa. El primer gran título de su historia es posible y hay que festejarlo toda la noche por Málaga y por Valdepeñas. Mañana, a las 18:30 horas, toca de nuevo cantar el ‘A por ellos’.