A sus 33 años y con mucho fútbol bajo los palos, el portero Jesús Astillero no sabía lo que era marcar un gol en partido oficial hasta el pasado 3 de diciembre. Pero, lo más curioso, es que seis días después el meta volvió a anotar. Dos goles ha conseguido en los dos últimos partidos. Por supuesto, en su equipo, el Daimiel Racing, ya bromea con eso del ‘pichichi’. «Ya le digo a mis compañeros que tengo que ir a por más goles, que llevo más que algunos y que otros no se relajen, que aquí estoy yo», cuenta con una sonrisa.
Tras una racha negativa de resultados, con solo un gol marcado en cinco partidos, el Daimiel que entrena Tato Giménez se medía en casa al Membrilla, con el que empataba a uno en el tiempo de descuento. Entonces, Jesús Astillero decidió subir a rematar un saque de esquina. Y tenía la corazonada de que iba a marcar. «Iba con la idea de meterlo. Le dije a Javi que lo sacara él y que lo pusiera cerrado al primer palo. Así fue y salió bien la cosa», cuenta el meta daimieleño, que con un remate de cabeza dio el ansiado triunfo a los suyos.

Un gol de este tipo de un portero no es muy normal, pero sí que se han visto. Lo que ya sí que es muy raro es que, a la siguiente jornada, ese mismo arquero anote otro gol. Así lo hizo Astillero el pasado sábado, en esta ocasión de muy diferente manera: con una falta lanzada en campo propio que fue el 0-2 del Daimiel en el campo de las Mesas (luego ganarían por 0-4). «Vi adelantado al portero rival y no me lo pensé, probé y fue gol. Era importante porque sólo íbamos 0-1 en un partido complicado, en el que tuve bastante trabajo en la primera parte», explica.
Como anecdótico se toma estos goles el portero, ex de equipos como el Almagro, Manzanares o Valdepeñas, a la vez que contento «por ayudar al equipo a ganar, tanto en mi portería como en la contraria». Este domingo le toca al Daimiel, cuarto en la tabla del Grupo 2 de Primera Autonómica, recibir al líder Herencia y Astillero se anima a decir eso de los goleadores de «¡que siga la racha!».