Gemma Arenas está muy acostumbrada a subir al podio, casi siempre en lo más alto. Su entrenador, su marido y compañero, Agustín Luján, un poco menos. Merodea las primeras posiciones, pero la competencia es enorme. Sin embargo, en Madrid, en Peñalara, el matrimonio Luján-Arenas demostró que tienen pasta de campeones.
Gemma dominó la prueba sin complicaciones. La almagreña no tuvo rivales y corrió con una enorme ventaja, superior a la hora desde la mitad y ya con diez minutos desde los primeros compases. Siguiéndola, muy de lejos, Leticia Bullido, que fue de más a menos, Belén Rodríguez y la argentina Luciana Moretti.
La carrera de Agustín fue bastante diferente. Salió a su ritmo, sin cebarse, y al paso por La Maliciosa era quinto, a dos minutos de Álvaro Velázquez. En esas posiciones se movía Agustín, que fue subiendo el ritmo. En La Morcuera ya era segundo, a tres minutos del líder, por entonces José Esteban Martínez, principal rival de Luján, aunque sufrió una sanción de una hora que le descartaba para la victoria. Un acelerón de Álvaro Velázquez dejaba a Luján tercero, perdiendo tiempo en la zona media de la carrera. Agustín guardaba fuerzas y atacó en el último tercio. Entre Peñalara y La Granja se colocó en primera posición. Velásquez se desfondaba y aunque Esteban le seguía el ritmo, la penalización permitía a Agustín regular el esfuerzo. En Navacerrada mantenía la primera plaza, un minuto por delante de Esteban, además de la hora de penalización, que se convirtieron en cuatro en la meta, que alcanzó el encajero con un tiempo de 14:37:31.
Agustín tuvo que esperar bastante a que llegara Gemma, poco exigida por sus rivales, que cruzó la meta con un tiempo de 16:19:27, una hora antes que la segunda, Belén Rodríguez. Completó el podio Moretti.
Gemma Arenas y Agustín Luján se fundieron en un beso en la llegada. Un matrimonio de campeones.
