Decir Sheila D’Amaro es decir mucho en el voley nacional y en el Kiele, donde desde su incorporación, el equipo ha pasado de ser un club amateur a llegar a la élite nacional de este deporte después de dos ascensos consecutivos y el logro del primer título oficial del club, la Copa Princesa. Pero todo tiene un principio y un fin y la brasileña nacionalizada española dice adiós a sus 38 años. Aunque solo a las canchas, pues seguirá ligada al club, formando parte del cuerpo técnico, coordinando las categorías y/o dirigiendo a las más jóvenes.
Esta ha sido por tanto su última temporada en activo, que ha concluido además de manera precipitada y “después de pensarlo mucho, pues es lo que he hecho toda mi vida, nunca he trabajado en otra cosa, salvo los veranos, pero siempre voley, voley y ha sido una decisión difícil después de tantos campeonatos y títulos, pero es el fin”.
Este cambio de rumbo ha sido muy meditado y sobre todo “difícil en el sentido que todo final de carrera de un deportista nos hacemos la pregunta de qué hacer después pero el club me ha propuesto otras cosas, cosas interesantes y he visto que éste era el momento, porque nunca lo encuentras, pasa como cuando queremos tener un hijo, nunca encuentras el momento”.
Le quedará esa espinita de no haber podido marcharse jugando ese último partido ante su afición y recibir así un pequeño homenaje en la cancha, lo que siempre es reconfortante para todo deportista en el final de su carrera. “El club me dijo que me quería hacer un homenaje en el último partido en casa pero como no ha podido ser lo harán en el primero de la temporada siguiente. Me hubiera gustado mucho que hubiera sido jugando pero bueno”.
Como apuntamos, la brasileña, afincada ya en Socuéllamos, deja la cancha, pero no el voley, ni tampoco el club, porque va a seguir ligada al Kiele en un puesto todavía por definir pero de peso en la entidad socuellamina. Lo que más va a echar de menos de estar en la cancha será “la adrenalina del juego, eso lo tengo claro, esa ansiedad que te da, los nervios antes de los partidos”.
De las tres temporadas vividas en el Kiele, se queda “con el año pasado, vivimos momentos muy bonitos que me llevo para toda la vida. Con el ascenso y la Copa Princesa. Este año no ha sido malo pero nos ha quedado mal sabor de boca por todo esto que ha pasado”.
Sheila deja atrás quince años jugando en España en los que ha logrado títulos importantes al máximo nivel, compitiendo nueve temporadas en Superliga, donde ha conseguido dos títulos, además de un campeonato y dos subcampeonatos de Copa de la Reina, dos Copas Princesa y una Superliga 2.