Una semana de sudor en Andalucía, con un paréntesis murciano, dio paso a una etapa ortodoxa, en la que al pelotón se le fue un poco la mano con la distancia concedida a la escapada, más de doce minutos para los modestos Cubero, Sáez y Machado. Esa distancia, regalada casi nada más salir de Linares, obligó a trabajar más tiempo y con más intensidad de la cuenta a los favoritos para conducir el grupo camino de la cuesta final de Almadén. Acompañando a los ciclistas, 40 grados, casi por primera vez en una Vuelta calurosa, caprichosa, sinuosa, que este sábado se deslizó por las encinas del Valle de los Pedroches, promesas de jamones, para encontrarse cara a cara con la mercurial Almadén, sofocante Patrimonio de la Humanidad.
Los soñadores del BH (Cubelo), Euskadi (Sáez) y Katusha (Machado) fueron despertados por el pelotón, a base de pedaladas, en la pancarta de los siete kilómetros a meta, un poco más tarde Machado que apretó los dientes un poco más para salir en la tele él sol, un kilómetro de hecho.
El sprint
Llegó, pues, la etapa como se esperaba. El pelotón se aprestó a encarar el último tramo, el decisivo, el que iba a dejar un ganador en el podio minero. Enfiló al grupo el Lotto Saudal para darle el relevo al Bora de Sagan, favorito siempre que la carrera se empina en el sprint, también en Almadén. Pero al eslovaco le robó la cartera un profesional, un tal Alejandro Valverde. Lo cierto es que el sprint fue realmente bonito. Arrancó el asturiano Iván García Cortina, un cazador de grupos pequeños. Sagan cogió su rueda, seguro de que en los últimos 50 metros le bastaba con ser quien es. Efectivamente, sobrepasó al de Bahrein, pero no contaba con la aparición del viejo zorro que es Valverde. El murciano no necesita presentación y casi no le caben los elogios en esa fisonomía alargada, mirando siempre al frente. El de Movistar apareció desde la cuarta plaza para cruzarse veloz y ganarle a Sagan por la mano, por las piernas más bien. Es su segundo triunfo en esta Vuelta
Eterno Valverde
Valverde parece eterno, mejora con los años. En Almadén no quería disputar la etapa. “Me dijo Arri (Arrieta) que me pusiera a rueda del que me adelantó ayer (Sagan) y le dije que no iba a disputar la etapa, pero he seguido a Sagan y me he visto con fuerzas”, dijo después a TVE Valverde, que vaticina que mañana domingo, en la Covatilla se verá “quién puede estar en el podio” de una Vuelta que “está saliendo a pedir de boca” para el Movistar.
Almadén coronó a Valverde en presencia de un Sagan que mejora día a día. El Mundial está en el horizonte y ambos quizás se acuerden de Almadén en los Alpes, en Imsburck. Por cierto, que tercero fue Danny Van Poppel, el hijo del mítico sprinter holandés del Panasonic, del PDM. Otros tiempos, de los que parece sacado Valverde, luchador en cada etapa y que se acerca, sigiloso, bonificación a bonificación, al maillot rojo que defiende Mollard.
La 33ª parada de la Vuelta en la provincia fue una etapa interesante, con un bello final. Es la segunda vez que la Vuelta se detiene en Almadén. Ojalá regrese pronto.
🏁 Etapa/Stage 8⃣ #LaVuelta18
🔥🔥🔥🔥 @alejanvalverde 🔥🔥🔥🔥
🤙 ¡¡Brutal sprint ante @petosagan!! | Astonishing sprint VS. Sagan!
🎙 ¿Qué le preguntarías? | What would you ask him? pic.twitter.com/xI0yYDjWzA
— La Vuelta (@lavuelta) September 1, 2018