I. La encrucijada del clima y el agua en nuestra provincia
Estimados, estimadas.
El objetivo principal de esta carta es animar a la acción institucional decidida y urgente, para abordar los problemas que impactan de lleno en nuestro presente y lo harán más en el futuro.
El próximo 28 de mayo se celebran elecciones para la renovación del gobierno regional, diputaciones y entidades locales. Su mandato finalizará en 2027.
También este mes, tiene lugar el Día de la Sobrecapacidad, fecha en la que nuestro uso de recursos y servicios ecológicos en un año supera lo que se puede regenerar en ese año. Para España ese día sucede antes cada, año . En 2022 fue el 12 de mayo. A partir de esa fecha, aumenta nuestra deuda ambiental e intergeneracional.
Recientemente, se publicaba el Informe de Síntesis, correspondiente al 6º ciclo del panel de Expertos de Naciones Unidas para el Cambio Climático (IPCC), que repite lo que ya sabemos: vivimos en un período crítico en que, o hacemos frente, a la Emergencia climática o caminamos al desastre, a un clima descontrolado e imprevisible.
A la emergencia climática debemos sumar algunas más que nos afectan directamente:
⦁ la escasez, el despilfarro y el uso irracional del agua,
⦁ la pérdida acelerada de biodiversidad y el deterioro de espacios protegidos o de los servicios ambientales que sustentan nuestra existencia,
⦁ el aumento de las desigualdades sociales y la polarización de la riqueza,
⦁ la necesidad de fortalecer los servicios públicos, etc.
Todos estos desafíos, también forman parte del día a día de nuestros pueblos.
Lo esperanzador es que aún estamos a tiempo de actuar, pero depende de lo que hagamos y la forma de hacerlo, pero no podemos perder ni un solo día.
Hacemos una llamada a la acción urgente a nivel local y provincial: hemos de ser realistas, rápidos y reconocer la realidad sin disfrazarla ni atenuarla. Debemos escuchar y llevar a la práctica las recomendaciones de la mejor ciencia.
Las entidades locales pueden y deben ser parte de las soluciones.
Nuestra pasividad o desidia hará que las generaciones más jóvenes presentes y futuras tengan que a afrontar escenarios dramáticos.
II. Las propuestas
Por todo lo anterior y de forma programática les urgimos a la acción de forma acelerada, transversal, sistemática, con criterios sociales y ambientales, en las siguientes líneas de trabajo a nivel local y provincial, en colaboración activa con la ciudadanía.
Estas líneas y propuestas de trabajo tendrían una triple vertiente colaborativa Diputación-Ayuntamientos, dentro de los Ayuntamientos o Ayuntamiento-Ayuntamiento:
a) Asistencia técnica y coordinación, complementando o sustituyendo, donde no haya servicios técnicos o sean insuficientes, a cada entidad local además de una planificación conjunta y coherente,
b) Legal, ofreciendo asistencia legal a los servicios jurídicos de las entidades municipales o de menor rango,
c) Económica, a través de ayudas y subvenciones para la implantación de las actuaciones y complementando los fondos propios de cada entidad local.
Las líneas o ejes de trabajo abordarían cuestiones básicas en relación a:
I. la emergencia climática,
II. la escasez, protección, incluida contaminación, y recuperación del buen estado de las aguas así como reparación de las pérdidas en las conducciones,
III. la emergencia social y situación de vulnerabilidad de una parte considerable de la ciudadanía provincial,
IV. protección de la agricultura de secano y de bajo o nulo consumo de agua de acuífero o embalses,
V. la protección de la ganadería en extensivo.
Ejes de trabajo:
1. Mitigación, adaptación y fortalecimiento de resiliencia ante el Cambio Climático.
Es fundamental plantear objetivos en reducciones drásticas y aceleradas delas emisiones de gases de efecto invernadero. La adaptación es clave para hacer posible una vida digna ante los efectos del cambio climático que, en nuestra zona, serían principalmente los siguientes:
⦁ aumento de la duración verano,
⦁ aumento de las temperaturas,
⦁ aumento de la intensidad y duración de las olas de calor,
⦁ disminución de las precipitaciones,
⦁ cambios en el régimen de lluvias, haciéndolo más imprevisible,
2.- Agua.
Es urgente ahorrar agua a todos los niveles, educar en su buen uso, sancionar a quien persista en una mala gestión de la misma, controlar los usos industriales o agrícolas contrarios al interés general o que sean contraproducentes a la situación de escasez crónica que vivimos.
Es necesario gestionar bien los recursos hídricos que tenemos, reducir la huella hídrica y acabar con el despilfarro, adaptarnos al contexto hídrico de nuestra zona, recoger y utilizar el agua de pluviales para riego de las zonas verdes, etc.
Se puede impulsar un Consorcio Provincial de asistencia a municipios desde criterios técnicos, de gestión, logístico y jurídico que ayude a la vuelta a la gestión municipal del agua, abandonando las privatizaciones. Esto redundaría en mayores ahorros de agua, ingresos a las arcas municipales, eficiencia, atención a colectivos vulnerables, etc.
3. Energía y Huella de Carbono.
Apostar de forma urgente y con financiación amplia en la implantación de energías renovables en los municipios destinadas, prioritariamente, a las administraciones locales, grupos de población con menores ingresos y colectivos vulnerables.
Actuar en ahorro y eficiencia energética. Promover una implantación importante de comunidades energéticas, cooperativas de consumo o instalaciones de renovables con criterios ambientales y sociales adecuados y respetuosos con el medio.
4. Biodiversidad y renaturalización.
La biodiversidad es indicador de calidad natural y del funcionamiento de los servicios ecosistémicos.
Debemos impulsar pueblos y asentamientos verdes promoviendo la renaturalización, ya que ello hace mucho más soportable el cambio climático y nos hace más resilientes ante el aumento de temperaturas o la duración del calor.
5. Arbolado.
Las ciudades y pueblos deben multiplicar por dos o por tres su masa arbolada ya que refrescan el ambiente, ofrecen entornos de sombra, evitan zonas o islas de calor intenso, evitan el uso de refrigeración con el consiguiente ahorro energético y en emisiones, albergan biodiversidad y aportan bienestar psicológico.
6. Refugios climáticos y atención a la población, especialmente la vulnerable.
Ante olas de calor o frío u otras situaciones climatológicas peligrosas, esta población debe ser atendida y, en colaboración con Protección Civil, establecer protocolos, mecanismos e instalaciones para crear entornos seguros climáticos y evitar situaciones y efectos indeseables.
7. Agricultura y ganadería.
El actual modelo agrario y ganadero con la tendencia a consumir cada vez mayor cantidad de agua, incrementando el regadío, sobreproduciendo a menudo y abusando en el uso de fertilizantes, plaguicidas, etc. nos ha llevado a una situación de escasez. Asimismo, el riesgo de contaminación de acuíferos ya es un problema extendido.
La situación actual nos pone en la encrucijada de apostar por un nuevo modelo agroganadero y social centrado en el secano, la agricultura extensiva y la buena gestión y cuidado de suelos, que también proteja a los agricultores y ganaderos y les ayude en esa transición.
8. Diseño urbano y del territorio.
El diseño y ordenación urbana y del territorio pueden ser importantes aliados para afrontar el cambio climático y el ahorro de agua o todo lo contrario. También es importante tener presente, para hacer más factible su integración en la sociedad y en los espacios públicos, a una población cada vez más envejecida, con un número importante de personas dependientes que encuentra a menudo muy difícil poder salir a espacios publicados diseñados para vehículos y no para las personas o las bicicletas.
En general deben tenerse muy presentes la población de mayor edad o dependientes, así como medidas de tipo bioclimático, orientación de barrios y viviendas, formas de construcción u otras medidas activas o pasivas que permitan tener un entorno más amable y adaptada al contexto, almacenamiento del agua de lluvia…
9. Sur Global o Tercer Mundo.
El llamado Tercer Mundo, o Sur Global, sin apenas contribuir a las emisiones de gases de efecto invernadero es, sin embargo, quien está sufriendo desde hace tiempo los peores impactos del cambio climático y ve amenazada sus formas de vida y supervivencia de forma dramática: pérdidas de cosechas y hambrunas, conflictos armados, desplazamientos internos en busca de alimento y refugio, lluvias torrenciales y sequías intensas, fenómenos extremos más energéticos, servicios públicos (sanidad, educación, protección civil…) muy debilitados o casi inexistentes, falta de ayuda económica y respaldo por la comunidad internacional, ausencia de justicia climática, …
Es imprescindible un compromiso desde lo local con esas realidades y las trasferencias de fondos, financiación de proyectos para paliar sus realidades, ayudar a afrontar el cambio climático e intentar aminorar los impactos que ya están sufriendo. La Cooperación al Desarrollo Internacional tiene una larga trayectoria en nuestro país. Sería inmoral e inhumano no reforzarla y aumentarla.
10. Sensibilización.
Es necesario que la población esté sensibilizada, que ponga en práctica valores de solidaridad y empatía, conocedora de cuantas situaciones nos están impactando, del contexto que vivimos y que nos afectará más aún. Así, el éxito en las medidas aquí propuestas u otras con el mismo espíritu podrán salir adelante con mayor facilidad, éxito y aceptación social.
11. Participación ciudadana.
Como continuación del punto anterior, es necesaria una escucha activa, espacios de diálogo constructivo y activo a las propuestas de la ciudadanía, con buena disposición de las instituciones a poder llevarse a cabo dichos proyectos.
Confiamos en el compromiso ante la realidad actual y futura y esperamos una aptitud constructiva y responsable de su partido político para llevar a cabo estas actuaciones en la próxima legislatura, también con disposición a llegar a acuerdos con otras agrupaciones políticas sensibles a estas propuestas.
Seremos receptivos a cualquier aclaración o diálogo sobre los temas aquí tratados.
