El nefasto año 2020 también dejará en Ciudad Real una de las peores cifras de muertos en accidentes de tráfico del quinquenio. Y todo pese a que España ha vivido un duro confinamiento con limitaciones de movilidad que siguen vigentes.
Hasta el 17 de diciembre 26 personas han perdido la vida en accidentes de circulación en la provincia, 23 de ellas en carretera y tres más en vías urbanas. En la comparativa con el mismo periodo del año anterior salen seis fallecidos más este año, según datos aportados por la Jefatura Provincial de Tráfico, y siete más que el balance final de 2019, un año con 19 fallecidos (el segundo mejor de la historia).
“No lo esperábamos en absoluto”
Raquel García, la jefa provincial, no tiene una explicación, “la verdad es que hemos tenido unos accidentes de tráfico durante el confinamiento que no esperábamos en absoluto, puede que la falsa sensación de seguridad al conducir solos por la carretera haya influido, o nos hayamos descuidado, no encontramos otra explicación”, remarca.
Solo en el mes junio (hasta el 21 no se permitió salir de la comunidad, y unas semanas antes los desplazamientos provinciales) murieron siete personas en accidentes, más que la suma de los meses de enero a mayo.
5 muertos en la CM-420
Otro de los datos que empañan el balance de este año es la alta siniestralidad en la carretera comarcal CM-420, de Daimiel a Puerto Lápice. En junio hubo un accidente mortal en el kilómetro 21, con tres vehículos implicados, en el que fallecieron tres personas. Y este mes de diciembre (el día 10) han fallecido otras dos personas más en otra colisión en el kilómetro 27.
Pese a lo que pueda parecer García asegura que no se ha detectado ningún punto negro, ni en esa carretera ni en ninguna otra, “para que eso ocurriese tendría que ser un tramo más acotado”, aclara. Además la terminología de ‘punto negro’ ha cambiado, ya no se emplea para determinar si un tramo es peligroso o no.
Una carretera de “conducción nerviosa”
Sobre la circulación en la CM-430 la jefa de Tráfico destaca que se trata de una carretera con mucho tráfico “y de conducción muy nerviosa, de mucha gente que va y viene para trabajar”, lo que explicaría los adelantamientos indebidos y las salidas de vía.
Del primer análisis de los datos que deja este 2020 tampoco se desprende que haya una pauta concreta para acotar el accidente mortal, “todos por desgracia están repartidos en carreteras de todo tipo, comarcales, provinciales e incluso nacionales y autovías”.
Calmar el tráfico urbano
A falta del balance final, que se hará público a primeros de enero, la Jefatura Provincial de Tráfico y la DGT están volcadas en “calmar el tráfico” en el casco urbano para el año 2021.
El 11 de mayo entra en vigor una nueva normativa que limitará la velocidad en las ciudades a no más de 50 kilómetros hora, y en buena parte de las calles a 30 o menos. Algo que tendrá su impacto en la siniestralidad en zonas urbanas, en especial la relacionada con los conductores más vulnerables: ciclistas y motoristas.
La movilidad urbana cambiará notablemente en 2021 el nuevo real decreto redefine los límites generales de velocidad en vías urbanas (artículo 50) en función de su distinta clasificación: en las vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera, el límite será de 20 km/h; en las de único carril por sentido, el límite será de 30 km/h y en las vías de dos o más carriles el límite seguirá siendo de 50 km/h.
Estos límites no se aplicarán hasta pasados seis meses de la publicación de este proyecto en el Boletín Oficial del Estado, para que los ciudadanos los conozcan de forma adecuada y para que las administraciones públicas dispongan de un plazo suficiente para adaptar la señalización.
“Los ayuntamientos llevan años trabajando en preparar estas medidas”, destaca la jefa de Tráfico.