El hombre acusado de amenazar a un amigo con una pistola simulada para que le diera 10.000 euros y si no quemaba su imprenta en Valdepeñas ha negado los hechos este martes en la apertura del juicio oral con jurado en la sección primera de la Audiencia Provincial de Ciudad Real.
Antonio M.V. ha asegurado que el 8 de marzo de 2019 acordaron de palabra la compraventa de una vivienda de su propiedad y por eso la víctima llevó 10.000 euros a la gasolinera Laguna, lugar donde lo detuvieron agentes de la Policía Nacional de Valdepeñas tras una denuncia por amenazas.
La promesa de un empleo
En la primera sesión del juicio, que ha durado una hora y media, Antonio M. V. ha relatado que conocía a Manuel C.S. desde el instituto y que de vez en cuando tomaban algo, aunque habían perdido contacto. De hecho, fue en la despedida de soltero de la supuesta víctima, “hace 2, 3 o 4 años” – no ha precisado el tiempo-, cuando Manuel C.S. le prometió contratarlo en su imprenta cuando se jubilase su padre.
El acusado ha relatado que dos semanas antes del 8 de marzo vio a M.C.S. en el canal de Valdepeñas, la avenida Primero de Julio, y quedaron para tomar algo, momento que iba a aprovechar para recordarle la promesa de empleo, ya que estaba en el paro. Así fue como aquel día Antonio M.V. se presentó en la imprenta de su amigo y se fueron a hablar “de negocios” al Hostal Vista Alegre.
La propuesta de la compraventa de la casa
A preguntas del Ministerio Fiscal, Antonio M.V. ha confesado que su supuesto amigo empezó “a echar balones fuera”. Ante esta situación y pese a que la reacción le sentó mal, puesto que sabía que su amigo invertía en locales, pisos y terrenos decidió ofrecerle la compraventa de una casa de su propiedad. “Le dije que era una buena oportunidad”, ha declarado. La vivienda la llevaban varias inmobiliarias -había carteles en la fachada-, pero le haría una rebaja.
Entonces cogieron el coche de Manuel C.S. y se dirigieron a la vivienda, para verla, lugar donde se produjeron los hechos por los que el Ministerio Fiscal le acusa de un delito de amenazas condicionales, a lo que suma la acusación particular un delito de detención ilegal.
La amenaza
El escrito de la Fiscalía recoge que al llegar a la vivienda y tras andar por varias estancias, el acusado encerró a Manuel C.S. en el baño y que, tras un forcejeo en el que forzaron el marco de la puerta, sacó una pistola simulada de su riñonera y le dijo: “una de dos… o me das 5.000 euros y me contratas o me das 10.000 euros…. Ya lo sabes, o me das 10.000 euros o te quemo el negocio”.
Asimismo, según describió la víctima, Antonio M.V. le exigió que a las 16 horas llevara 10.000 euros en metálico a la gasolinera de Laguna. “Como le cuentes algo a tu mujer, familia o policía te quemo la imprenta”, “conozco a mucha gente que me arregla los temas”, son otras de las frases que recoge el escrito.
La “pistola de feria” de su sobrino
Durante su intervención, Antonio M.V. ha negado este relato y ha asegurado que en “en ningún momento” cerró la puerta del baño, ni forcejearon. De hecho, ha afirmado que el marco de la puerta estaba roto, porque su cuñado había sacado tiempo antes una lavadora. Sí ha reconocido que llevaba una riñonera, pero con papeles y bolígrafos.
En el baño estaba la pistola simulada, pero según ha señalado el acusado, no dentro de su riñonera, sino en el suelo. “Era una pistola de feria, con bolas naranjas, que estaba manchada de pintura y rota. Es evidente que es de juguete”, ha afirmado A.M.V., que ha aclarado que era de su sobrino, que la abandonó el mismo día que movieron la lavadora.
Eso sí, el acusado ha confesado que, tras ver la pistola –que apareció en el registro policial por la tarde metida en un armario-, Manuel C.S. “se descompuso”. “Le dije, tranquilízate, que aquí no pasa nada, que nos conocemos desde hace tiempo, que hemos salido de fiesta y hemos compartido muchas cosas”, ha explicado.
M.C.S. también habló a la policía de un martillo colocado sobre un aparato de aire acondicionado. El acusado ha afirmado que había un martillo “y otros objetos” porque estaban de reforma.
La entrega de los 10.000 euros
Al final, según ha contado, se fueron en el mismo coche de la vivienda y llegaron al acuerdo de la entrega de los 10.000 euros en la estación de servicio. Sería una primera cantidad en efectivo, “porque me marchaba a Valencia y el dinero era para mi mama”, ha explicado. Y después habría otra entrega, en metálico o por transferencia, de 14.000 euros.
Según ha explicado Antonio M.V., puesto que su amigo sabía más del procedimiento de compraventa, él sería el encargado de preparar un primer documento, y luego irían a la notaría de la calle 6 de junio. Por eso, el acusado no llevaba ningún documento en la detención.
Al final de su declaración, A.M.V. ha afirmado desconocer la razón por la que Manuel C.S. presentó la denuncia. “Llevo 4 años sufriendo por algo que no he hecho. No es plato de buen gusto. A mí me pusieron una orden de alejamiento de 2 años. Mi primera vez y espero que sea la última”, ha afirmado.
Según ha subrayado la defensa, “el acusado no puso obstáculo desde el minuto cero que fue detenido”, ni en la detención, ni en el registro de la vivienda.
2 años y 6 meses de prisión
El Ministerio Fiscal pide una pena de 2 años y 6 meses de prisión y una orden de alejamiento de al menos 200 metros de la víctima, de su domicilio, su centro de trabajo o cualquier lugar frecuentado por el mismo, y la prohibición de comunicarse con él durante 3 años y 6 meses.
La acusación particular coincide en el Ministerio Fiscal en el relato de los hechos, pero mantiene que A.M.V. además constituyó un delito de detención ilegal, según ha afirmado la acusación particular, “el tiempo suficiente y necesario para hacer efecto en su ánimo, amedrentarlo y coaccionar su voluntad”.
Asimismo, la acusación particular ha aportado durante la sesión el informe psicológico de la víctima, que tuvo que ir a terapia 2 veces a la semana durante 6 meses “por el trauma”.
Tras el interrogatorio del acusado en la sesión de este martes, el juicio continuará mañana con los testigos.