La mancomunidad de servicios Comsermancha ha destacado su implicación en reducir la utilización de plásticos con campañas informativas y de concienciacion a lo largo del año, y con la puesta a disposición de los vecinos de numerosos puntos de reciclaje, en la línea del lema elegido en el Día Mundial del Medio Ambiente 2018, ‘Sin contaminación por plástico’.
Entre 100 y 1.000 años necesita el plástico para descomponerse, dependiendo de su composición, tamaño o lugar donde se encuentre, frente al año del cartón y el papel o las cuatro semanas de los desechos y residuos orgánicos, que además sirven como abono para parques, jardines o la agricultura.
Según un estudio de la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos, publicado en la revista Science Advances en 2017, el volumen de todo el plástico producido era en esta fecha de 8.300 millones de toneladas. El 79% del total está acumulado en vertederos o en el entorno natural.
El contenedor amarillo, conocido como el contenedor del plástico, en realidad está destinado a los envases de uso diario que no sean de cartón o vidrio, cuyo destino es el contenedor azul y verde, respectivamente, ni tampoco los altamente contaminantes o de productos peligrosos.
Asimismo, el contenedor destinado a envases nunca hay que depositar residuos que no vayan destinados a éste, pues la mezcla de los envases con otros residuos echa a perder el esfuerzo que realizan todos los ciudadanos concienciados con el medio ambiente.
¿Qué depositar y qué no depositar en el contenedor amarillo?
En nota de prensa, la mancomunidad explica que en este contenedor se depositan botellas de plástico (de refrescos, agua, aceites alimentarios, detergentes, champú, etc.), bolsas de plástico, el papel de plata, los envases de bricks, vasos de plástico, el tubo de la pasta de dientes, bandejas y cajas de corcho blanco, tapones de metal y de plástico, aerosoles o redes donde vienen las frutas y verduras.
Sin embargo, hay algunos residuos que no deben depositarse en el contenedor amarillo: las cintas de vídeo o compact disc, cables, pequeños electrodomésticos, perchas de la ropa, juguetes, utensilios de cocina, cubiertos de plástico, artículos de higiene personal como cepillos de dientes o guantes de goma, biberones y chupetes, cajas de fruta, cubos de plástico o envases de productos peligrosos como pinturas, medicamentos o aceites de motor.