“Muy contenta y agradecida” se siente Ana Belén por la concesión del 20º Premio Corral de Comedias que recibirá el martes 14 de julio en el Palacio de los Oviedo de Almagro, una ciudad con la que ha tenido “muchísima relación desde hace muchísimos años”, desde que empezó su carrera teatral de la mano de Miguel Narros.
Las primeras veces que actuó en Almagro con el Teatro Español sólo existía como espacio escénico el Corral de Comedias, aún no se había creado el Parador y no había hoteles. Más tarde, representaría exitosos montajes como ‘La hija del aire’, de Lluis Pasqual, y visitó la ciudad encajera para rodar “alguna película como ‘El Buscón’”, además de acudir a reconocimientos a profesionales de las artes escénicas “muy queridos” por la cantante y actriz organizados por un Festival que “ha ido creciendo año tras año” sin perder su identidad.
Si tuviera que elegir un animal que le definiera en la “reserva natural del Siglo de Oro”, elegiría una “ratilla, pero de campo”, asegura acordándose de que Concha García Campoy así la definía -“Ana, que es como la ratita presumida”- posiblemente por su inquietud por el aprendizaje y agilidad, expone Ana Belén, que de pequeña, como tenía buena voz y oído, se imaginaba de mayor como cantante, pero “para nada” como actriz.
Fue Miguel Narros tras el rodaje de la película ‘Zampo y yo’ quien la animó a formarse en la interpretación y entró en un mundo que la impresionó con grandes figuras del teatro. Fue como “entrar en el Olimpo de los Dioses” con apenas quince años, edad en la que “eres como una esponja, lo absorbes todo, observas todo lo que tienes alrededor y lo vas procesando”. La magia del teatro fue tan poderosa que hasta se olvidó durante unos años, aunque a veces cantara en el camerino, de su faceta como cantante.
Ana Belén, que ha pasado la etapa del confinamiento pegada a la radio y las noticias, “devorando periódicos” y que valora el reencuentro, curiosamente, durante este período con bastantes personas de las que hacía mucho tiempo no sabía nada, resalta cómo ha quedado patente en esta crítica etapa “la necesidad que tenemos de estar conectados”. La situación es la de un gran drama del que confía que, con responsabilidad, podamos salir sin volver hacia atrás, agudizado por las consecuencias económicas y laborales, expone la artista, que considera positivo que festivales como Almagro y Mérida apuesten, con el cumplimiento de las medidas sanitarias recomendadas, por la reactivación de los eventos culturales.
De la condición humana
Para la actriz y cantante madrileña, que se declara ‘muy de Lope’ y también de Calderón, los clásicos conectan con el público actual porque “siglos después seguimos hablando de lo mismo, de la condición humana”. A nivel personal, el verso no fue para ella una gran dificultad, lo importante es “entender el personaje, sus matices, pasarlo por tu tamiz y ser capaz de sacarlo fuera para que la gente lo reciba”, comenta la actriz, que considera que están muy preparados actualmente los artistas jóvenes, a los que aconseja que “se alimenten bien” y les desea que tengan “muy buena salud” y afronten cada nuevo trabajo con muchas ganas de aprender porque en esta profesión se está “aprendiendo siempre”.
De los numerosos papeles que ha interpretado, ‘Escobarillo’, criado de ‘El Rufián Castrucho’, de Lope de Vega, es uno de los que recuerda con singular simpatía y con los que se ha sentido muy a gusto, asegura Ana Belén, a quien, al principio, todos los personajes le parecen difíciles, de ahí la importancia de confiar en el director, que sabe lo que puedes dar, para llevarlos a buen puerto.