La adaptación de la Semana Santa de Ciudad Real a la normalidad de la pandemia con la que se celebra por segundo año consecutivo está dejando buenas sensaciones entre hermandades y feligreses. A falta de procesiones, los templos se llenan tanto para asistir a los cultos religiosos, como para visitar los altares con los pasos que deberían procesionar, todo con mascarillas, distancias y la restricciones de aforo que impone la crisis sanitaria.
Si el Jueves Santo fue la iglesia de Santiago la que copó el interés de los fieles (expusieron las cuatro hermandades que salen de allí) este Viernes Santo por la tarde han sido las cofradías del Santo Entierro las que han desatado la devoción.
Visitas en la capilla de los Remedios
Francisco Martínez es el hermano mayor del Descendimiento, que no ha parado de recibir visitas en toda la tarde: “Nos imaginábamos que este año sería lo de siempre, pero no queda otra que amoldarnos a lo que hay”, dice. Martínez celebra con el resto de miembros de la hermandad “que se permita este acercamiento de la gente. Estamos viviendo una Semana Santa diferente pero al menos podemos vivirla”, comenta mientras participa en el control del aforo de los Remedios.
Esta hermandad, que estrena entallado del paso, ha querido que los feligreses vean al Cristo del Amor, al que se puede venerar en estos momentos en la misa de las nueve y media de mañana de los domingos.
El movimiento de fieles este Viernes Santo de toque de queda a las once de la noche ha sido constante en la catedral y la iglesia de la Merced, que han celebrado los oficios al completo (con los aforos reducidos) y personas aguardando fuera para hacer una ofrenda, rezar o dar gracias en un año muy duro.
Un año duro, con muchas pérdidas
Solo la Hermandad de la Dolorosa de Santiago ha perdido catorce hermanos por la covid, cuatro la hermandad del Encuentro, según comentan sus hermanos mayores Antonio Cabrera y María Ángeles Ruiz, miembros de la junta directiva de la asociación de Cofradías de Semana Santa de Ciudad Real, satisfecha de las conmemoraciones de una semana “diferente” y “especial”.
“La Semana Santa está siendo diferente a la de 2019 [la última con procesiones], muy diferente a la de 2020 y mucho, mucho mejor que hace un año, con vivencias especiales. El año pasado nos cerraron las iglesias el 14 de marzo y no pudimos acompañar a nuestros titulares ni celebrar nuestros cultos, algo que ha sido posible este año para casi todos”, comenta Cabrera.
La exposición del patrimonio cofrade
La nueva directiva de las hermandades de la Semana Santa que preside Yolanda Gómez ha hecho de la necesidad virtud y aprovechando las mejoras en el guardapasos ha recuperado la exposición de patrimonio cofrade que se hacía hace unos cinco años, le ha dado la vuelta (con más días de duración y más piezas) y ha montado una muestra centrada orfebrería y bordados.
“Está viniendo muchísima gente, el Jueves Santo llegamos a estar desbordados y tuvimos que cortar el acceso y estos días de más atrás ha sido un goteo continuo de visitantes. Aquí se puede ver parte del patrimonio de las hermandades de Ciudad Real. La temática es orfebrería y bordados, aunque también tenemos expuesta la imagen de la Virgen del Mayor Dolor de la Hermandad del Silencio, recién restaurada”, explica María Ángeles Ruiz, vicetesorera de la asociación de Cofradías y hermana mayor del Encuentro.
La exposición, que seguirá abierta en horario de mañana y tarde hasta el Domingo de Resurrección (de once a una y media por la mañana y de cinco a ocho y media), está repleta de curiosidades como un estandarte del Encuentro del año 1928, un dosel del hermano mayor de la Dolorosa de Santiago, un estandarte del Silencio confeccionado con un traje del torero portugués Victor Mendes con pinturas de Martín Casado y otro estandarte de la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Prado, la Pasión, con bordados de la Puerta de Toledo y la catedral. Además se exhiben carteles históricos de la Semana Santa de Ciudad Real, ahora fiesta de interés turístico nacional.
Donativos: alimentos
La exposición de arte cofrade, la principal actividad al margen de los cultos de esta segunda Semana Santa de pandemia, es gratuita pero hay espacio para donar alimentos no perecederos que se entregarán a las hermanas de la Cruz. “Con alguien traiga un kilo de legumbres o similar contribuimos a mucho, aparte de lo que aportamos como hermandades”, señala Ruiz.