Hace seis meses se puso en marcha el programa ‘Échame una pata’ de acompañamiento emocional a mujeres víctimas de malos tratos y el éxito de esta fase piloto ha llevado a la Concejalía de Igualdad a apostar por su continuidad incrementando la partida del pasado año que era de 10.000 euros hasta los 30.000 euros.
El grupo de cinco mujeres con el que comenzó el programa continuará y se podrá ampliar este recurso a otras beneficiaras, comentó la concejal de Igualdad, Ana Belén Chacón, que resaltó el significativo cambio emocional que se percibe en las participantes, quienes, aun siendo de edades muy diversas, han creado “un grupo muy cohesionado”.
La dinámica de trabajo se ha centrado en el presente y el futuro, sin preguntar en ningún momento por los motivos y el pasado, lo que han agradecido expresamente las mujeres que han valorado que se trate de un recurso muy poco invasivo respecto a sus experiencias, comentó Javier Flores, psicólogo, interventor y guía de PsicoAnimal, asociación que ha puesto en marcha este programa por el que, según indicó Chacón, se han interesado varios ayuntamientos de diversos puntos del país.
En principio, se trabajaron habilidades relacionadas con el perro, sus necesidades, cómo piensa y una empatía encaminada a la inteligencia emocional, actividades que colaboraron en que las mujeres participantes poco a poco fueran compartiendo entre ellas sus preocupaciones y vivencias para reportarlas herramientas de empoderamiento, toma de decisiones y autoconfianza, expuso Flores, que indicó que las propias mujeres les solicitaron que pidieran al Ayuntamiento que continuara el desarrollo de este programa ya que justo ahora se ha alcanzado una dinámica muy activa de motivación e involucración.
Al contar las cinco mujeres ya con un perro en su unidad familiar, trabajaron con cinco perros de una entidad protectora educándoles para incrementar sus posibilidades de adopción en nuevos hogares. Cada una eligió un animal y contribuyó a educarle en la gestión de emociones, pasear sin tirar de la cadena y tener autocontrol, además de difundir por las redes sociales fotos y cartas con sus características, logrando que los cinco perros fueran adoptados en diciembre, señaló Guadalupe Gallego, educadora social, interventora y guía de PsicoAnimal.
Tras este éxito, las participantes aplicaron esas habilidades de gestión emocional y comunicación con sus propios perros para que les acompañen y les reporten seguridad y protección emocional, agregó Gallego, que destacó que la puesta en práctica del proyecto ha sido “muy emocionante, con emociones a flor de piel durante todo el programa”.
‘Mani’, un labrador de tres años que ha estado muy presente a lo largo de la puesta en marcha del programa, acompañó a Chacón, Flores y Gallego en el anuncio de continuidad de esta iniciativa con la que se han creado beneficiosos vínculos de afecto y seguridad con los perros y las propias compañeras del grupo.