Anoche quedó claro que Pancho Varona y Ciudad Real viven un pequeño idilio. Aún tiene poco recorrido, pues se gestó hace dos años y medio en la Tetería Pachamama, pero a la vista de las circunstancias se constata que permanece. Nada más salir a escena, el cantante recordó su paso por la sala de la calle Huertos y la mención levantó aplausos entre los asistentes. Así creó un nexo con la parte del público que no lo viera aquella vez, en un afán por mostrarse cercano a través de un lugar totémico de la ciudad, y lo reactivó con el segmento que conoce y respeta su carrera.
La caída del día dispuso el clima para las historias y esto se reflejó en el resultado. Antes de proceder a cada una de las doce interpretaciones, Varona comentó los temas —la mayoría pertenecientes al repertorio de Joaquín Sabina— y los situó en sus respectivos contextos. El artista quiso así ajustarse a una fórmula burlona, la de “cantar poco y contar mucho”, que dijo haberse autoimpuesto. Del total de canciones, la mitad dató del baúl de piezas conjuntas con el jienense y más colaboradores en la década de los noventa, como Peor para el sol, Ahora que…, Ruido, La del pirata cojo e Y sin embargo. En la otra mitad hubo composiciones de Sabina en solitario (El joven aprendiz de pintor) o con otros autores (Más de cien mentiras, Qué demasiao, Princesa o el desterrado himno Pongamos que hablo de Madrid) e incluso la delicada joya que es No me importa nada, preparada por Varona junto a su hermana Gloria y que acabó en el cancionero de Luz Casal.
Mención aparte merece Hotel, dulce hotel, obra de Sabina y Javier Batanero. Los dos autores marcharon a la isla canaria de El Hierro en busca de un sitio “donde se durmiera bien por la mañana y se trabajara bien por la tarde”, pero les falló la tercera premisa: que “hubiera mucha fiesta por la noche”. Ya en Madrid, Varona apuntaló la que sería bandera del último disco que Viceversa grabó junto a Sabina. Aunque no en la portada, el grupo apareció en los créditos del álbum que también se llamó Hotel, dulce hotel. El regreso de esta banda con la base de algunos de sus miembros fue otro de los anuncios del protagonista de la noche, que deseó un pronto reencuentro con su afición ciudadrealeña.
Pancho Varona (voz, guitarra). Auditorio de la Granja. Ciudad Real, 18 de agosto.