La afluencia al cine estaba siendo “flojita”, pero “bueno, ahí poquito a poco” se ha podido ir manteniendo la difícil situación, pero “el cierre en otras ciudades y Comunidades Autónomas ya ha sido el remate del todo” ya que muchos de los estrenos previstos los han “levantado” las grandes distribuidoras al estimar que no merecía la pena la escasa recaudación que se iba a obtener ante tantas salas cerradas.
“La semana pasada había cuatro estrenos y los levantaron los cuatro” y esta semana había cinco de los que se han postergado tres, comenta Santiago Salas, gerente de los ciudarrealeños Cines Las Vías, que asegura que “la cosa está muy fastidiada y no sé si vamos a ser capaces de aguantar. Quisiéramos mantener abierto hasta Navidades, pero si no hay material nuevo… imagínate”.
Se incorporan esta semana a la cartelera la comedia ‘Ni de coña’ y dos títulos para público infantil como ‘Digimon Adventure’ y ‘Los Fixies contra los Crabots’, pero la llegada de nuevas propuestas es muy escasa lo que obliga a mantener películas hasta seis, siete u ocho semanas, entre ellas ‘Rifkin’s Festival’, de Woody Allen, y ‘Greenland: El último refugio’.
Todo se ha quedado como en ‘standby’, a la espera, a ver cómo evoluciona la situación, pero, por lo pronto, “pinta mal”, observa Salas, que exclama “ojalá” al referirse a la esperanza de que la actual tendencia cambie, esté todo “más claro” en un par de semanas o un mes y las distribuidoras se decidan a sacar potentes y atractivos estrenos en este último tramo del año.
Habrá sectores que no les afecte tanto, pero en concreto al de la hostelería, así como el del ocio, en el que se encuentran los cines, la situación generada por el coronavirus está siendo “un palo” tremendo, hasta el punto de que muchas salas no van a ser “capaces de aguantar y van a desaparecer”, estima Salas, que lamenta que se cobren ahora, cuando la recaudación es bajísima, impuestos por lo recaudado el pasado año que fue “uno de los mejores que hubo de cine”, dejando los datos exiguos actuales para el próximo ejercicio cuando puede que ya “hayamos desaparecido”.
El pago del IBI en similares circunstancias a las de cualquier otro año es otra dificultad y, ante todo ello, Salas cita las ayudas que están recibiendo en Alemania las salas de “noventa céntimos por cada espectador” que tuvieron el pasado año con el objetivo que esta actividad no se venga abajo.