El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, acabó su intervención en el homenaje a Manuel Marín con un nudo en la garganta, muy emocionado recordando la figura de su amigo y compañero con el que compartió años de trabajo y amistad en Bruselas.
“Tuve la inmensa fortuna de trabajar con él”, aseguró Planas, que reconoció como un honor el haber disfrutado de su amistad y el haber aprendido muchísimo trabajando codo a codo.
De Manuel Marín destacó tres cualidades fundamentales: la sinceridad, “decía las cosas de forma directa”; la honestidad, “el ser crítico con los demás si era necesario y hasta la extenuación consigo mismo”; y el compromiso, “con su familia, el centro de todo, con sus amigos, y con todo lo que realizaba”.
Entre sus compromisos subrayó el PSOE y sus ideales de justicia social, futuro y progreso, y con España, siendo protagonista en la transición y en la entrada de España en la Unión Europea.
Huella en Europa
Planas destacó que Marín dejó huella en todos sus trabajos, acometiendo una importante labor en el desarrollo del programa Erasmus, en Europa contra el Cáncer, en la Oficina Europea de Ayuda Humanitaria, en el Proyecto Barcelona, en Relaciones Exteriores, en acuerdos con México, Chile, Mercosur…
“Hoy estaría en la COP25 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019)”, aseguró convencido el ministro, “y lo estaría no en la zona azul de las instituciones, sino en la verde de la sociedad civil”.
Planas felicitó al Ayuntamiento por dedicar un parque a Manuel Marín, no una calle o una plaza, “un parque como junto al que vivía en Bruselas y por el que le gustaba tanto pasear”.