Moisés Liranzo, un adolescente dominicano de 14 años, lleva cuatro disfrutando de los derechos de la infancia: la educación, el juego, la protección social y el acceso a la sanidad.
Ha sido gracias al programa de Canillitas con Don Bosco, impulsado hace 38 años por el misionero de origen salmantino Juan Linares, que ha logrado sacar de la calle y dar una oportunidad a miles de jóvenes.
El joven y Linares han visitado Ciudad Real esta tarde para participar en la presentación de ‘Canillitas’, el documental de 21 minutos dirigido por el español Raúl de la Fuente para Misiones Salesianas, que denuncia la explotación infantil, la vulnerabilidad y los riesgos que sufren los menores que trabajan en las calles de Santo Domingo (República Dominicana).

Los canillitas son niños así denominados porque “trabajan con sus canillas, con sus piernas, vendiendo distintos productos”, explica Linares en presencia de Moisés, protagonista de la cinta que estos días se está presentando en una docena de capitales españolas.
El adolescente refiere su dura infancia con una amplia sonrisa, ajeno a los perjuicios que sufrió en su integridad infantil: “de pequeño veía a mi hermano limpiando botas y yo quería hacer lo mismo, aunque mi madre estaba en contra”, recuerda. Sin pasar apenas por la escuela, a los 8 años, analfabeto, ya lustraba calzado a plena luz del día, conviviendo con los peligros propios del entorno en un barrio desfavorecido de la capital dominicana. “Gracias a Dios no me pasó nada”, tan sólo “amenazas de que me iban a quitar el dinero cuando iba para casa”.
También por ser espejo de su hermano, que había contactado por el proyecto salesiano, Moisés ingresó en el mismo a los 10 años y ahora está aprendiendo a leer y escribir. Su testimonio es uno de los que se recogen en el documental, que esta mañana han visionado varios grupos de alumnos del colegio ‘Hermano Gárate’ y esta tarde han podido ver varias decenas de personas en el mismo centro.
Moisés está acompañado en la pantalla por Aquiles, de 13 años, que vendía frutas con su padre, y por Kioranny, de 12, que trabajaba en un bar y cuidaba de sus hermanos más pequeños.
«Los buscamos en la calle»
Los tres han conseguido rebasar una etapa de responsabilidades inadecuadas a su edad y reciben una protección integral, ha destacado también en Ciudad Real Karen Montas, la directora de uno de los 12 centros ‘Canillitas con Don Bosco’ de la corporación religiosa en la isla caribeña.

“Acogemos a destinatarios de trabajo infantil, los buscamos y los integramos en los programas del centro, con una complementación escolar, deporte, recreación y salud, junto con su familia”, indica.
Se trata de que tanto los niños como sus familiares “entiendan que no es propio que los muchachos trabajen”. Así, el proyecto está concebido como un abordaje global a todo el entorno, con educación y otros recursos, como alimentación y ropa, para que “paulatinamente los niños dejen de estar en la calle y los adultos se vayan empoderando”.
Proyección en Ciudad Real
Antonio Esgueva, director de la comunidad de Salesianos en Ciudad Real, ha destacado que la elección de la capital entre las ciudades españolas elegidas para la presentación del documental, y ha subrayado el ejemplo del trabajo que realizan los misioneros salesianos en más de 70 países.
El corto forma parte de un conjunto de iniciativas audiovisuales que la Misión Salesiana lleva años realizando para denunciar las situaciones de exclusión de la educación de los niños en todo el mundo por razones como la pobreza, el trabajo infantil, el matrimonio y la maternidad precoz, la violencia, el reclutamiento forzoso, la explotación sexual, la trata y las largas distancias.
En este caso, ‘Canilllitas’ “es una forma de desenmascarar esta situación, que no sale en los medios, y pone de manifiesto la situación de miles de menores vulnerables”, ha señalado Esgueva.
Resultados exitosos
Los resultados tras casi cuatro décadas de trabajo son satisfactorios, destaca el sacerdote Linares, quien, siguiendo las directrices de Don Bosco, de atender las necesidades de los jóvenes vulnerables, ha conseguido ofrecer una nueva vida a miles de niños de la calle, muchos de ellos empresarios y profesionales exitosos que “son ahora los mejores educadores”. Incluso, han formado una asociación de ‘excanillitas’.