En 1982 nacía en Ciudad Real la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER), una de las organizaciones pioneras en España en la reclamación de los derechos de las mujeres de los pequeños municipios, entonces invisibilizadas, que tenían ante sí el reto de la igualdad real de oportunidades y numerosos techos de cristal por romper, que han podido ir desbaratando gracias a su empuje y a que personas como Carmen Quintanilla han sabido organizar en movimiento asociativo.
Desde aquellos pueblos del candil y las carreteras sin asfaltar de los años ochenta, se han dado grandes pasos; sin embargo, quedan por delante otros muchos que dar para hacer que esa igualdad acabe por ser una realidad notoria e indiscutible donde no se deba debatir el peso de la cuestión de género.
En días como el 8M, Día Internacional de la Mujer, voces como la de Carmen Quintanilla se hacen especialmente notorias, sobre todo, porque a través de figuras como la suya, durante décadas liberando el movimiento femenino en España, no sólo puede comprenderse el pasado, sino también dilucidar cuál será el futuro más inmediato de una sociedad que lucha por cambiar los roles arragaidos a ella pero que no acaba de entender cuál es la fórmula mágica para lograrlo.
Pregunta: ¿Cómo va a celebrar AFAMMER este 8M?
Respuesta: Este año el 8 de marzo, además de participar en todas las actividades y en todas las convocatorias a nivel institucional donde AFAMER estará presente, lo más importante es que de nuevo AFAMMER viajará a Nueva York para reivindicar el trabajo de la sociedad civil y el trabajo de las ONGs.
Este año se celebra la 68ª Sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, del 11 al 22 de marzo, que coincide con la convocatoria de Naciones Unidas de todos los Estados miembros, cuyo tema principal será la consecución de la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas abordando cuestiones como la pobreza y reforzando las instituciones y la financiación con una perspectiva de género. En estas sesiones vamos a revisar los acuerdos de la 63ª sesión bajo el título: “Sistemas de protección social, acceso a los servicios públicos e infraestructuras sostenibles para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas“.
Desde la Cuarta Conferencia Mundial de las Mujeres, que se celebró en el año 1995, en la que AFAMMER estuvo presente, hemos estado presentes en las diversas convocatorias que se han celebrado para analizar los avances que hemos ido conquistando las mujeres a nivel internacional. La crisis económica del 2008 supuso para las mujeres un claro retroceso en la conquista de sus derechos y no podemos consentir que después del trabajo que hemos realizado no se haya remontado en esa conquista de derechos tan necesarios.
Así, este año en el side event organizado por AFAMMER le diremos a la sociedad que el impulso que hacen las organizaciones no gubernamentales, es el avance de las mujeres y las niñas rurales.
P: ¿Por qué sigue siendo tan importante celebrar un día como este 8M?
R: Creo que va a seguir siendo importante celebrarlo en tanto en cuanto no haya igualdad real entre hombres y mujeres. Y sobre todo porque hay que conmemorar este día, conmemorar porque ha pasado ya 49 años desde que Naciones Unidas aprobase el día 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.
Hay que conmemorarlo para que haya una mirada en femenino de la sociedad en general hacia las mujeres, pero también hay que reivindicar, por ejemplo, el que consigamos que cada día disfrutemos de mejores servicios públicos para las mujeres rurales en los pueblos de España. Hay que reivindicar que la brecha salarial se siga reduciendo. Hay que reivindicar que las mujeres siguen teniendo contratos a tiempo parcial y en precario y que luego tienen pensiones más bajas que sus compañeros los hombres porque esos contratos a tiempo parcial los ha tenido por ejercer como cuidadoras de las personas dependientes de su familia, ya sean mayores o a sus hijos.
Hay que reivindicar que tenemos que romper la brecha digital, porque la brecha digital nos está llevando al analfabetismo de muchas mujeres que no se han incorporado a las competencias digitales. Y si no somos capaces de hacer una inmersión, indiscutiblemente estamos haciendo que esas mujeres se conviertan en las analfabetas del Siglo XXI como eran las que no sabían leer y escribir en el Siglo XX.
Tenemos que reivindicar el empleo femenino en el medio rural, porque así dos de cada tres personas, no abandonarían el mundo rural. Somos el segundo país de Europa con mayor desempleo femenino. Eso es una brecha, una brecha laboral, eso es injusticia social, eso es desigualdad.
Hay que celebrar este 8M para denunciar la violencia que sufren las mujeres en el medio rural, la vergüenza, el que dirán, la situación de desventaja, la lejanía de los centros asesores de la mujer. El año pasado, de las 52 mujeres asesinadas, 18 eran del mundo rural.
Estas, entre otras cuestiones, son las razones que hacen que celebrar el 8M siga siendo necesario en nuestro país, donde es cierto que hemos avanzado en cuarenta años lo que otros países han tardado en hacer cien, pero todavía queda mucho por hacer.
P: ¿Se siente Carmen Quintanilla identificada con el actual movimiento feminista?
R: Yo me siento identificada con el feminismo del sentido común. Me siento identificada con el feminismo de aquellas mujeres sufragistas que hace dos siglos pidieron el derecho al voto. El movimiento feminista nació de las burguesas del Reino Unido que aglutinaron después a las mujeres de las fábricas para ser muchas más para pedir el derecho al voto. Por lo tanto, yo estoy al lado de esas mujeres que han sido las grandes referentes.
Fíjate la cantidad de acontecimientos que se han producido después desde ese movimiento feminista. Desgraciadamente, en los últimos años en España, ha nacido una corriente de feminismo radical que ha creado un agravio comparativo de las mujeres contra los hombres y yo, como muchas mujeres, entendemos el feminismo no como el odio a los hombres, sino a un movimiento que también cuenta con ellos para que sean cómplices en la reclamación de esos derechos. Las mujeres no podremos avanzar si no hacemos cómplices a los hombres, porque efectivamente nos han ayudado a conseguir y hemos cambiado mentalidades.
Casi el 82% de la sociedad española, hombres y mujeres están en contra de la violencia. Eso significa que hemos cambiado mentalidades, eso significa que hoy los hombres quieren que sus hijas sean ingenieras o médicas como quieren que lo sean sus hijos. Hace 40 años era impensable en España.
Por tanto, yo no creo en el feminismo del odio, ni creo en aquellos que niegan que hay violencia contra las mujeres, porque son posturas que nos hace retroceder como sociedad. Los bandos son malos, lo que tenemos que hacer es hacer cómplices a los hombres en ese avance de las mujeres.
P: En un momento donde se denuncian a diario cuestiones como la violencia machista, donde se insiste en la educación social, ¿por qué no somos capaces de acabar con una lacra como los asesinatos de las mujeres?
R: El maltratador es un machista pero, indiscutiblemente, la educación de base hay que abordarla desde muchos ámbitos, desde el ámbito de la familia, desde el ámbito de la comunidad educativa, desde el ámbito de los medios de comunicación. Todos formamos parte de esta causa.
En todos estos años que hemos educado en igualdad, ¿qué hemos hecho?, ¿en qué nos hemos equivocado para que todavía se produzcan esas situaciones? La violencia contra las mujeres, la violación de las mujeres, las agresiones a nivel de las nuevas tecnologías, ¿en qué nos hemos equivocado? Posiblemente no hemos conseguido llevar el compromiso de la igualdad desde la identidad de lo masculino y lo femenino.
Quintanilla: “Hay que contar con los hombres dentro del movimiento feminista”
Yo no quiero perder mi identidad para ser igual que tú, no tengo porqué perder mi feminidad. La igualdad real de oportunidades es que yo pueda ser médico o pueda ser ingeniera o puede ser lo que yo quiera porque tenga las mismas oportunidades que tú en la vida pero sin dejar de ser yo.
P: Cuando se produce un asesinato y hay una concentración de un minuto de silencio, por la cabeza de Carmen Quintanilla como presidenta nacional de AFAMMER, ¿qué es lo que pasa?
R: Siento pena, frustración, pero sobre todo mucha pena porque es una auténtica tragedia para las familias y para los niños que pierden a su madre.
R: ¿Cuál sería la solución para acabar con este problema social?
R: Creo que hemos hecho mucho. Hace diez años morían 80 mujeres al año. Es verdad que mientras siga siendo asesinada una mujer, seguiremos fracasando como sociedad. Hasta entonces no podremos descansar. La solución pasa por seguir creando conciencia y no olvidarnos que la violencia contra las mujeres es un hecho.
La solución no es buscar nuevas soluciones, es mejorar los servicios que hoy tenemos, acercarnos a aquellas mujeres que más sufren, que son las mujeres rurales y lo que tenemos que hacer es seguir implementando medidas y seguir trabajando para que esa lacra desaparezca en algún momento. Yo creo que hemos hecho mucho. Hoy disponemos de centros asesores, casas de acogida, textos legislativos, leyes como como la prisión permanente revisable. Eso hace años era impensable.
En este contexto, tenemos que educar en la identidad de lo masculino y de lo femenino, educar a los niños y a las niñas en el respeto.
P: Un deseo para el 8M.
R: Bueno pues este 8M lo hay que hacer es felicitarnos todas, porque gracias a la fuerza de las mujeres, a la valentía de las mujeres, al espíritu de las mujeres, seguimos avanzando.
