Más de un centenar de cuadros y dieciocho esculturas forman parte de la muestra retrospectiva que ofrece desde este fin de semana en el Museo López-Villaseñor el creador mozambiqueño Luís Soares, cuyas obras se empapan de su creatividad y vivencias.
La exposición se inicia con obras calmadas de su producción artística en Mozambique, cuyo período de convulsión en torno a la independencia del colonialismo portugués y las nuevas relaciones de poder, así como la violencia que se generó, quedan plasmados en sus cuadros.
El trazo personal y reconocible de Soares, con influencias tanto africanas como de otras latitudes ya que en Mozambique hay una importante presencia de personas llegadas de otros países como India, China, Pakistán e Indonesia, vuelve a ser más alegre y armonioso tras su traslado a Europa en 1978.
El color, entre lo primitivo, étnico y naïf, protagoniza, así como el juego, la inocencia y el erotismo, buena parte de las dinámicas obras de gestuales trazos de un autor con obras cargadas de vitalidad y simbolismo y en las que se percibe, a su vez, el legado cubista.
Hasta el 21 de julio se puede presenciar la colorista y original muestra expresionista con relevante influencia africana de Soares, quien reside entre las localidades portuguesa de Cascais y toledana de Segurilla, municipio próximo a Talavera de la Reina.