Dos días después del día electoral, la Agrupación de Electores Dignidad Ciudadana de Miguelturra y el Partido Popular han intercambiado una llamada, se han dado la enhorabuena y están decididos a tener una reunión en persona “antes de que acabe la semana”.
La candidatura encabezada por el abogado Miguel Ángel García, que ha sido en los últimos 8 años portavoz de Cs en la Corporación de Miguelturra y que estaba formada por personas de un amplio espectro ideológico, parece decidida a dar el Gobierno municipal al PP de Luis Ramón Mohíno, ganador de la noche.
El 28-M dejó la llave del Ayuntamiento en la agrupación de electores. Así pues, dio la misma fuerza tanto al bloque de derechas, con 6 ediles para el PP y 2 para Vox, como a la izquierda, con los 5 del PSOE y los 3 de Unidas Podemos. En Dignidad Ciudadana están contentos con el resultado, porque son “decisivos”.
El cambio requiere que “el PSOE deje de gobernar Miguelturra”
“Durante toda la campaña hemos sido claros. Hemos hecho una campaña por el cambio y eso pasa por que el PSOE deje de gobernar en Miguelturra. Por lo que ahora tenemos dos caminos: entrar en el Gobierno con el PP o dejar que gobiernen en minoría”, confirma Miguel Ángel García a Lanza. Solo valoran esas 2 opciones.
La candidata del PSOE, Laura Arriaga, no se ha puesto en contacto con Miguel Ángel García, aunque sí ha recibido una llamada de una de las personas que iban en la lista, que no ha salido como concejal. Los precedentes de entendimiento entre el Partido Socialista y Miguel Ángel García no son buenos.
En 2015 no consiguieron entenderse, ni tampoco en 2019, pese a que los dos concejales de Cs podrían haber dado la mayoría al PSOE. “No creo que haya llamada, por la trayectoria que llevo durante 8 años en el Ayuntamiento y porque tendrían que convencer a Izquierda Unida”, señala.
Rifirrafe con el PSOE durante la noche electoral
Tampoco se entendieron en la jornada electoral, cuando según indica García, “los interventores del PSOE impugnaron algunas de las papeletas de Dignidad Ciudadana”. De hecho, esperan sumar algún voto el próximo 2 de junio, cuando se lleve a cabo el escrutinio definitivo en la Junta Electoral de Zona, por papeletas declaradas nulas.
El problema surgió porque las papeletas repartidas por la Junta Electoral de Zona en los colegios no llevaban exactamente el mismo nombre que las buzoneadas en las casas. En unas ponía Dignidad Ciudadana y en otras Agrupación de Electores Dignidad Ciudadana.
No saben quién realizó el cambio, pero lo cierto es que Miguel Ángel García se tuvo que presentar en la Junta Electoral de Zona para informar de que les estaban impugnando las papeletas buzoneadas, a pesar de que estaban validadas. La jueza admitió las dos como válidas, pero ya se habían cerrado algunas actas.
El líder de la agrupación señala que los votos estuvieron muy ajustados, y si hubiera caído un poco Dignidad Ciudadana, el PSOE habría conseguido un concejal más que le aseguraba la mayoría absoluta con la suma de Unidas Podemos.
Dignidad Ciudadana no pedirá la alcaldía, pero sí bajada de impuestos
A dos semanas y media de constituir las Corporaciones, el próximo 17 de junio, Dignidad Ciudadana está decidida a hablar con el PP del programa, y García confía en el entendimiento porque coinciden en “puntos importantes”, como la bajada de impuestos como el IBI o el de circulación.
Dice que lo más cómodo para él sería formar parte del futuro gobierno, “porque eso significaría que han aceptado nuestras propuestas”, y aunque no quiere hablar todavía de las concejalías que más le gustan, “por no influir en las negociaciones”, reconoce que admitiría algún tipo de liberación.
En ningún momento se ha planteado pedir a Luis Ramón Mohíno que le ceda la alcaldía a cambio de su apoyo, de hecho, considera que, “ser el alcalde, cuando la mayor parte del gobierno está formado por otras formaciones, es un poco exagerado”. “Exigencia de alcaldía por mi parte no va a haber”, subraya.
Reducir las políticas de igualdad puede ser “una línea roja” con Vox
Formar parte de un gobierno de coalición con Vox de momento no le incomoda. Aunque, García destaca que reducir “las políticas de igualdad o la actividad en el centro de la mujer” puede ser “una línea roja”.
