Noemí Velasco
Ciudad Real
Licenciada en Psicología y especializada en Sexualidad y Terapia de Pareja con titulación propia como sexóloga, Ana Belén Rodríguez dirige el Centro SEES en Ciudad Real, un espacio en el que trata dificultades sexuales, aborda problemas de pareja y promueve la educación sexual con la participación en programas dirigidos a la formación en valores afectivos y sexuales. La joven manzanareña defiende una educación que trabaje conceptos como sexualidad, identidad de género o diversidad, y anima a un tratamiento normalizado de la sexualidad, más allá de las relaciones sexuales, como algo innato al ser humano.
Rodríguez también ha participado en programas de prevención de la violencia de género impulsados por la Junta de Comunidades entre otros organismos públicos y privados, y asiste a chavales víctimas del ‘booling homofóbico’ a través de colectivos LGTB, otra de las realidades más denigrantes que presencian las aulas en la actualidad.
PREGUNTA.- Eres psicóloga y sexóloga, esta segunda, una profesión todavía poco conocida y que en Ciudad Real escasos profesionales tiene. ¿Cuál es la labor del sexólogo?
RESPUESTA.- Mi labor como sexóloga a través del Centro
SEES (www.centrosees.es) es abordar la sexualidad como un concepto amplio en el que intervienen muchos factores. Las áreas principales son la terapia sexual, donde trato dificultades; el ámbito de la pareja, con dificultades también relacionadas con la comunicación o la convivencia; y la educación sexual, donde participo y realizo proyectos para instituciones públicas o privadas que tienen la necesidad de educar en valores afectivo-sexuales.
P.- ¿Qué tipo de personas se acercan a tu consulta?
R.- Gente de todo tipo. Generalmente en la franja de edad de los 28 hasta los 50. Indiferentemente hombres y mujeres, y de diferente orientación sexual.
P.- Si tenemos en cuenta que la profesión todavía es bastante desconocida, ¿cómo acaba una persona en tu consulta?
R.- Sí, la verdad es que la profesión es bastante desconocida. De hecho, la gente, la primera vez que viene, incluso por teléfono, no saben muy bien lo que se van a encontrar. También pasaba con la psicología.
Lo que les hace venir aquí es que no tienen a nadie con quién hablar de su dificultad sexual o de pareja. Nadie nos puede asesorar de forma profesional y para eso están los sexólogos. Además, no es necesario tener una dificultad, sino que también solventamos dudas. Los sexólogos tratamos los sexos, no sólo las relaciones sexuales, sino que la sexualidad abarca muchos conceptos más, de afecto, de comunicación. El objetivo es vivir mejor tu sexualidad.
P.- ¿Es un tabú el sexo?
R.– Totalmente, el sexo todavía es un tabú. Además, no lo vemos algo natural, propio del ser sexuado que somos; nacemos como seres sexuados, no es algo de lo que podemos prescindir y nos determina a lo largo de nuestra vida. Además, entendemos el sexo como relación sexual, y además con penetración, por eso lo hacemos tan poco natural.
La falta de educación sexual en la formación reglada es una derivación de esta consideración como tabú. En la actualidad, a pesar de que hay una ley que promueve estos contenidos, en Primaria, Secundaria y Bachillerato no hay asignaturas que trabajen conceptos como sexualidad, identidad de género o diversidad. De hecho, cuando nuestros clientes realizan un cuestionario relacionado en la primera sesión, el 99 por ciento no han tenido educación sexual; y cuando se les pregunta si creen que si se les hubiera hablado de estos temas la dificultad que tienen no existiría o se daría en menor grado, dicen que por supuesto. La educación sexual sirve para prevenir y aquí en España no somos conscientes de esa importancia.
P.- ¿Cuáles son las dificultades sexuales más comunes?
R.- Las más comunes son la dificultad de erección en el hombre, siempre de origen psicológico; también el bajo deseo, en el sentido de que hay desequilibrio de pareja; también mujeres que les duelen sus genitales cuando tienen relaciones; y hombres con eyaculación precoz. La dificultad de erección entre hombres de 30 y 50 es muy común, sobre todo a partir de una mala experiencia que establece un círculo vicioso de ansiedad.
P.- ¿Cuánto dura una terapia por ejemplo a la hora de equilibrar el deseo en una pareja?
R.– Depende de la pareja, también hay cuestiones prácticas para avanzar en casa. El programa intentamos que sea lo más breve posible y que vayan viendo un avance entre sesión y sesión para que la pareja se motive. Es cierto que el bajo deseo suele ser una dificultad que tarda más tiempo, pero depende. He tenido casos de dificultades de erección con tres sesiones y parejas con eyaculación precoz que han comprado cinco sesiones y a la tercera no han venido. Lo más importante es la motivación y la implicación.
P.- También has hablado de las dificultades de la mujer a la hora de tener una relación. ¿Por qué sucede?
R.- Pueden venir de una mala experiencia, de que tengas dificultad para centrarte en la relación y estés tensa. La entrada vaginal es un músculo que se contrae y si estamos tensos es muy difícil mantener relaciones sexuales satisfactorias. Y es más común de lo que nos parece, también influenciado por etapas como la menopausia en las que hay mayor descontrol hormonal, menor lubricación.
La educación sexual sigue siendo un elemento influyente: una mujer educada con unos valores muy forzados, cerrados en la sexualidad, puede que viva las relaciones sexuales como algo negativo. Resulta muy curioso por ejemplo que una buena parte de las mujeres que acuden a terapia nunca se han mirado sus genitales, aunque hayan tenido hijos. Es asombroso cómo tachamos esa parte de nuestra vida. De la misma forma que cuidamos de nuestra salud, nuestros dientes, vamos a la peluquería, nos olvidamos de cuidar nuestra sexualidad, sobre todo las mujeres.
P.- ¿Qué situaciones te encuentras con parejas?
R.- Mientras que cuando existe una dificultad sexual la gente viene rápido, generalmente cuando es por cuestiones de pareja llegan con una situación muy crítica. Es muy común parejas que han tenido un primer hijo, de 30 a 35 años: ella con autoestima muy baja, diferencias de deseo entre los dos, dificultades en convivencia y reparto de tareas, que han visto un cambio muy importante en sus vidas y para el que no se habían preparado; vienen con la intención de reencontrarse y muy negativos. El programa suele estar basado en que fomenten los aspectos positivos, acercarles en lo positivo y luego tratar el tema sexual.
También hay parejas que vienen y no llegan a solucionar sus conflictos, pero eso no es un fracaso, porque vienen buscando una solución y a veces la solución es separarse. Venir a terapia te hace reflexionar, saber lo que quieres, cómo eres, hacer un autoexamen. Se puede llegar a solucionar las dificultades, pero dependiendo de los problemas y de la implicación de la pareja.
P.- ¿Qué rasgos debe de tener una pareja para que tenga una buena salud?
R.– Es difícil, pero por la experiencia se ve que hay ciertos rasgos que si se dan en la pareja tiene más probabilidades de que vaya bien. La admiración mutua es importante, que una pareja comparta o tenga una comunicación positiva es bueno. En psicología hablamos de la ‘cuenta bancaria emocional’: tú tienes con tu pareja una cuenta emocional donde ir ingresando afectos y cosas positivas de la pareja, para que cuando haya momentos difíciles como la llegada de un hijo esté llena y tengas un ‘colchoncito’ que recuerde que mi pareja me cuida y me apoya. Hay que trabajarlos diariamente, con pequeñas cosas: para una persona puede ser importante un beso de su pareja cuando va a trabajar, para otra que comparta tiempo en familia.
Junto al respeto, otro ingrediente puede ser un proyecto de vida juntos o saber cosas de la pareja, porque vienen muchas parejas que llevan mucho tiempo y no se conocen. Asimismo, a nivel sexual es fundamental que haya comunicación, hablar de lo que nos gusta y de lo que no, no tener vergüenza a la hora de comunicar. Le pasa mucho a las mujeres, que también ponen más la responsabilidad en el hombre en las relaciones sexuales. No nos empoderamos, no tomamos las riendas de nuestra sexualidad. Obviamente no siempre se da, pero son rasgos bastante comunes.
También en torno a la pareja hay muchas ideas preconcebidas, como por ejemplo el tema de que si estás enamorado toda la pasión surge de forma natural, y eso surge al principio, con el tiempo no es de forma espontánea. En relaciones estables mi consejo es que el deseo y la pasión del encuentro sexual, afectivo o íntimo, hay que buscarlo.
