Cuando se cumplen cuarenta días del estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus, la alcaldesa de Guadalmez, Gloria Chamorro, asegura que los algo más de 700 habitantes de la localidad, están adaptado al asegura situación del confinamiento en sus casas.
Por la mañana, dice en declaraciones a Lanzadigital.com, hay algo de movimiento, pero por la tarde, las calles están totalmente vacías. En este sentido añade que “la verdad es que la gente se ha comportado muy bien y se han seguido todas las instrucciones que se les marcó del Gobierno y que desde el Ayuntamiento les pedimos”.
En todo caso, considera que con el paso del tiempo y al no haber ningún caso confirmado en la localidad, solo había uno sospechoso, aunque no ha habido ninguna confirmación, “la gente está tomando la falsa creencia de que ya no pasa nada, porque, creen, que al fin y al cabo estamos lejos de donde está todo el movimiento de los hospitales y las residencias”.
Aquí, indica Chamorro, tenemos una vivienda tutelada, con seis usuarios, y “ninguno de ellos está enfermo”, aunque una señora, tras sufrir una caída, y ser atendida en el hospital ha sido trasladada a una residencia.
Llegada de foráneos
Hace unas semanas, antes de Semana Santa, la alcaldesa promulgó un bando pidiendo a la gente que vive fuera de Guadalmez, pero con orígenes en la población, que se abstuvieran de bajar el pueblo.
La alcaldesa explicaba que en el pueblo, estaba “todo protegido, que sabíamos que la gente de aquí no tenía síntomas y que no habría ningún contagiado”. Hasta ese momento del bando, señala, no es que hubiera llegado gente de fuera, sino que lo que pedía era que no viniera gente para evitar contagios.
Posteriormente, añade, la alcaldesa sí supo que sí que había venido gente a la comarca, aunque, por su suerte, en Guadalmez, no vino nadie” y sí a Almadén, Alamillo o chillón.
Algunos vecinos se alarmaron al ver algunas personas nuevas, “pero esas personas llevaban ya en el pueblo un mes, les pilló el estado de alarma aquí y habían estado sin salir de sus casas, hasta que decidieron salir a comprar y fueron vistos”. “Ellos mismos me lo explicaron”, aclara la alcaldesa.
Reducción de jornada
Una de las medidas que se han tomado, ha sido la reducción de jornada en el Ayuntamiento, hasta las cuatro horas diarias “para hacer el trabajo esencial hasta ver cómo evolucionaba la situación”, explica Chamorro.
En esta situación se ha estado un mes y la semana pasada la jornada se amplió una hora, hasta las cinco horas diarias. “Se empezó a tener más trabajo –cuenta-, sobre todo los trabajos de limpieza, aunque todavía no están todo el tiempo que se necesita”. A partir de este miércoles, en todo caso, tanto la secretaria como el administrativo del Ayuntamiento han empezado a funcionar con el teletrabajo.
Limpieza
Para la limpieza y desinfección del pueblo, según relata la alcaldesa, se ha creado un grupo de voluntarios que tienen el carné de fitosanitarios, a los que se ha unido una persona con un tractor con una cuba. También recibe la ayuda de los trabajadores de Geacam que “vienen de vez en cuando”.
Protección
La alcaldesa recuerda que cuando empezó la crisis, el Ayuntamiento se organizó con los vecinos y un grupo de mujeres empezaron a coser mascarillas, lo que ha permitido que todos los vecinos del pueblo las tengan “y todavía tenemos un montón en el Ayuntamiento”, dice.
Además, algunas asociaciones “nos han donado viseras y una empresa de Pozuelo de Calatrava también nos dio mascarillas para la vivienda tutelada, servicio a domicilio y el centro de salud.
Así mismo, una vecina, junto al ayuntamiento, preparó unas batas de protección para los sanitarios, que también se repartieron en los centros de salud de Almadén y Alamillo. Además se han repartido guantes a la Guardia Civil, a lagunas de las tiendas del pueblo y también se ha mandado material al Hospital de Puertollano y de Ciudad Real.