Alojamiento, pensión completa y cientos de minutos sin nada que hacer. Muchos piensan que en la cárcel todo son comodidades, pero cuando pasas el control en el centro penitenciario de Herrera de la Mancha, cuando enseñas tu identificación y pasas el detector de metales, no hay sitio para la frivolidad.
Dice el actor Adolfo Fernández, que “las cárceles son cárceles, lugares donde hay seres humanos encerrados en celdas”, hay barrotes, seguridad y unos muros opresivos. El conocido actor, que saltó a la pantalla por la serie ‘Policías’ y que hoy está enganchado al teatro, afirma que “la cárcel es muy muy dura”. De eso va el cortometraje ‘Hotel libertad’.
Hace unos meses la productora manzanareña Aeterna Producciones se embarcó en la arriesgada misión de hacer un cortometraje con presos del módulo gestionado por Proyecto Hombre en la cárcel manzanareña. El resultado fue más que digno y este viernes por la noche llegó a la Gran Pantalla, dentro del Festival de Cine ManzanaREC.
Cine en prisión para promover la integración social
Agarrados a sus cámaras, Mario Cervantes y Christofer Sánchez habían trabajado con migrantes, personas con capacidades diferentes, pero nunca antes con reos. La vida les puso en el camino a María, una mujer que da cursos en la prisión y que facilitó el contacto con Proyecto Hombre.
Así, el séptimo arte entró en la prisión para promover la “visibilización” de la realidad que viven los presos y, sobre todo, la “integración social”. En el cortometraje, los presos han participado en la elaboración del guion, en la grabación y son los protagonistas.
Contextualizada en el módulo terapéutico de Proyecto Hombre, Mario Cervantes explica que en la película “un agente turístico llega confundido a conocer y valorar un lujoso hotel”, donde descubre que “no todo es tan bonito como parece”. El cortometraje “es una sátira sobre la visión errónea de las personas que consideran que la cárcel es un hotel”.
Sin técnica, pero con experiencias “radicales”
Ya había trabajado alguna vez con Proyecto Hombre y en la cárcel de Basauri, pero para Adolfo Fernández no deja de ser una experiencia “muy enriquecedora” haber participado en la producción de este cortometraje, tras dar varias clases de interpretación en Herrera de la Mancha. Al trabajar con personas que han vivido situaciones extremas y que no son actores profesionales se crea un clima especial, “donde se mezclan sentimientos e historias”.
El actor recuerda a los directores que prefieren trabajar no con actores, “sino con niños de la calle, personas que ejercen la prostitución o con presidiarios”. No hay resultados inmediatos, pero sus vivencias están muy presentes en la interpretación. Eso sí, afirma que los presos de Herrera han tenido una “gran disciplina” a la hora de realizar los ejercicios y memorizar el texto.
Adolfo Fernández reconoce que a la hora de construir los personajes “es muy interesante trabajar con personas que no tienen técnica, pero que han vivido experiencias radicales”, y más cuando está habituado a trabajar en compañías de teatro con actores profesionales que construyen sus personajes en base a su formación académica. Todo es diferente.
Lejos de buscar únicamente la excelencia creativa en el resultado, Adolfo Fernández destaca que lo que ha merecido más la pena es el viaje realizado. “Ha sido un ejercicio de libertad creativa para todos poder haber participado en este cortometraje”, expresa, al mismo tiempo que celebra la apertura de miras de la institución penitenciaria al permitir este proyecto y pone en valor el trabajo que hacen organizaciones como Proyecto Hombre en centros de toda España.
“La reinserción en posible”
Esa “apertura de mente” la han experimentado todos, también la productora, que nunca hubiera imaginado enseñar la historia del cine, el doblaje y el manejo de la iluminación a lo largo de diez clases repartidas en tres meses para presidiarios, que nunca hubiera imaginado meter en una producción propia una canción de rap original grabada por presos.
Para la productora, ‘Hotel libertad’ les ha enseñado que “la reinserción es posible”. “Todos tienen ganas de dejar atrás sus errores que, por otra parte, cualquiera podemos cometer en un momento dado de nuestra vida, y que en muchos casos vienen marcados por el contexto en el que naces y creces”, reflexiona Mario Cervantes.
Christofer Sánchez, Mario Cervantes, Adolfo Fernández y algunos de los actores celebraron su encuentro este viernes en el pase ‘Más que social’ del festival de Manzanares. La distribución en festivales estará marcada por la existencia de mecenazgo público o privado.
Mientras se decide el futuro del corto, el mundo del cine y la interpretación sigue, y Adolfo Fernández adelanta que el próximo 2 de octubre presentará una obra en el Teatro Rojas de Toledo sobre el colectivo LGYBi, en concreto sobre la vida de los adolescentes abandonados por familias que no aceptan su condición sexual, y también tiene terminado un texto sobre la prostitución, que va a dirigir Sonia Almarcha.