La desaparición de la asignatura de Filosofía en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) a partir del próximo curso es un “drama o una tragedia, según la intensidad que le demos al mal que se hace”. Para el profesor de Filosofía de la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha, Julián Carvajal, “es trágico que los jóvenes que estudien la ESO – y no continúen después con el Bachillerato – no vayan a tener la más mínima idea de lo que ha sido el fundamento de la civilización y de la cultura en la que vivimos”.
Y no solo es eso. A su juicio, eliminar la Filosofía genera problemas más prácticos que tienen que ver con que los jóvenes carecerán de los criterios necesarios para orientar su vida y juzgar el mundo en el que viven. “Cuando hablamos de formar el espíritu crítico, no solo es hacer ciudadanos críticos sin más, sino ciudadanos críticos que critican con criterio, que es lo que falta muchas veces en los ciudadanos actuales”,
“Claro que hay mucha crítica –aclara-, pero hay mucha crítica descerebrada, no regida por criterio lógico, en sintonía con esta sociedad en la que la verdad es vilipendiada como nunca lo ha sido en otra época de nuestra historia. Estamos en la época de la posverdad, en la que cualquier cosa puede pasar por verdadera al no existir lo que en Filosofía llamamos criterio. Hace falta tener criterios para juzgar las cosas y, sin una formación filosófica, es muy difícil que lo jóvenes lo puedan conseguir”.
En su argumentación, el profesor Carvajal señala como ejemplo de esta situación las críticas “absolutamente descerebradas” que lanzan algunas autoridades contra el Tribunal Supremo o contra las más altas instituciones del Estado, en las que no existe respeto en la crítica «porque se hacen sin criterio alguno. Seguramente, personas que hayan tenido algún contacto con la Filosofía no incurrirían nunca en ese tipo de barbaridades que estamos viendo”, señala.
Buenas leyes y buena educación
Preguntado por las razones por las que la LOMLOE –la ley educativa de aplicación, tras ser publicada en el BOE en enero pasado-, no contempla la Filosofía en 4º de la ESO, máxime tras el compromiso de todos los partidos políticos en el Congreso de los Diputados, el profesor Carvajal se refiere a la influencia de diversos factores y recuerda al marqués de Condorcet para argumentar que “para que una sociedad funcione bien hacen falta buenas leyes, pero para que haya buenas leyes hace falta una buena educación” porque ambas se retroalimentan. Y ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?, se pregunta.
A su juicio, esta sociedad de la posverdad ha olvidado los principios de la Ilustración, el gran fenómeno cultural del siglo XVIII, y hoy nos encontramos ante la quiebra de éstos. Desde hace tiempo, explica, las leyes educativas hacen hincapié en la formación profesional en detrimento de otra necesidad del ser humano como es la ilustración, ya que no solo hay que ser un buen profesional sino, también, una buena persona, tener una buena ilustración que dé sentido a nuestras vidas.
“Hemos ido arrinconando lo que ha sido el papel de la Filosofía a lo largo de 2.600 años, al considerarse que no lo necesitamos, que nos basta con tener buenos profesionales. Este es el gran error que comete nuestra educación, y sobre lo que ya teorizó Ortega y Gasset al hablar de “la barbarie del especialismo”. “Es verdad que podemos tener grandes especialistas en distintas materias y profesiones, pero al tomar decisiones se comporten como bárbaros … y no hace falta ser muy perspicaz para ver que eso está ocurriendo hoy en día”.
Estancamiento, rudeza y barbarie
A juicio del profesor de la Facultad de Letras de la UCLM, es “tremendo” que la LOMLOE deje fuera la Filosofía y otras materias en el nuevo currículo de los alumnos entre 12 y 16 años y deje hueco para materias como la Orientación Profesional, Servicio a la Comunidad, Modelos de Negocio o Coro. Esto sucede –dice- porque son difíciles, pero “nunca ha habido nada hermoso, bello (bueno), que sea fácil y renunciar a algo por su dificultad es condenarlo al estancamiento, la rudeza y la barbarie”.
En su opinión, si los jóvenes no tienen contacto alguno con el pensamiento filosófico en la educación obligatoria, será difícil que después descubran su importancia e interés y se convierte en especialmente grave para quienes no continuarán con una formación superior. “La capacidad de argumentar es imprescindible para reclamar y defender derechos, no quemando contenedores sino con argumentos y la dialéctica en el debate. Y para ello hace falta tener alguna noción de eso que los filósofos llevan desarrollando desde hace 2.600 años, como mínimo”, sostiene.
Aunque la ley educativa LOMLOE está aprobada, el profesor Carvajal asegura que siempre cabe la posibilidad de que, en esa parte que tiene cada Comunidad Autónoma para determinar su currículo, prime la sensatez sin pensar que «porque el Ministerio haya establecido unas cosas ya esté imposibilitando la permanencia de la Ética o Filosofía”.
Los beneficios de tener ciudadanos formados
¿Y podríamos tener esperanza en que se mantenga la Filosofía en la ESO en esta Comunidad?. Si nos fijamos en lo que nos enseña la experiencia, la historia, tendríamos que tener poca esperanza, responde el profesor Carvajal.
Sin embargo, entiende que también son determinantes la voluntad y la inteligencia de quienes nos gobiernan y, en principio, en esta Comunidad Autónoma nos están gobernando personas inteligentes que pueden darse cuenta de los beneficios que puede aportar tener ciudadanos bien formados, no solo en la parte cultural, sino en esa otra más propia de la Ilustración, que es en la que incide la Filosofía junto a otras Humanidades, aunque es aquélla la que repercute en la ilustración de las personas que son ya buenos profesionales porque han recibido formación para ello”.
Reconsideración de la desaparición de Filosofía
A través de un comunicado en respuesta al currículo de la LOMLOE, la Red Española de Filosofía (Ref) pide una reconsideración de la desaparición de esta disciplina de la oferta de optativas de la enseñanza secundaria “a la luz de lo que significa el compromiso con la palabra dada y el respeto al criterio unánime de los docentes y del Parlamento (…) y del gravísimo error que supone eliminar uno de los pocos elementos de consenso en materia educativa”. La Ref se refiere, en este sentido, al incumplimiento del compromiso suscrito en 2018 por todos los partidos políticos en el Congreso de los Diputados, a favor de incluir un ciclo completo de Filosofía en secundaria y bachillerato.
La Ref solicitaba un currículum racional y organizado, revisado e impartido por especialistas, que respondiese a las necesidades educativas de una sociedad moderna y compleja, que había reivindicado en las leyes educativas el uso de la reflexión crítica y del que la Filosofía es uno de los exponentes más claros. Sin embargo, la nueva Ley educativa, “no solo no cumple lo comprometido en el Parlamento y en las palabras del presidente del Gobierno”, sino que reduce aún más la presencia de la Filosofía en el sistema educativo, recoge el comunicado.