El Ayuntamiento de Cañada de Calatrava está tramitando el cambio de clasificación del suelo -de rústico a urbano- donde está ubicada la finca Arudecas, propiedad del coleccionista Antonio Ruiz de Castañeda.
La nueva tipificación permitirá a Ruiz de Castañeda impulsar el proyecto de museo contemporáneo privado, con la colección de su obra, previsto desde hace varios años como un recurso turístico y cultural, tal y como ha declarado a este diario.
La documentación del expediente ya se ha entregado a la Comisión provincial de Urbanismo, incluidos los informes medioambientales y de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), tras nueve años desde el inicio del procedimiento.
La tramitación de la modificación de uso del suelo -la construcción del complejo es de carácter urbano- ha pasado por varias vicisitudes administrativas, aunque “por fin se ha presentado en la Comisión de Urbanismo”. Es un paso vital que permitirá que, en un plazo breve, calcula el propietario, “toda la finca sea urbana”. El proceso es indispensable, igualmente, para tramitar la licencia de apertura en el Ayuntamiento cañuto del que será “el primer museo privado de arte contemporáneo de la región”.
Ruiz de Castañeda destaca “el esfuerzo” de la alcaldesa de Cañada de Calatrava, Cristina, Espadas, quien ha contribuido a impulsar, tras casi una década, “la última etapa de este proyecto familiar”.
La finca Arudecas también podría obtener la categoría de espacio singular, según Ruiz de Castañeda, por el entorno de gran valor paisajístico, monumental, y natural que tiene, y por su inmejorable ubicación.
Se trata de “un conjunto histórico, rodeado de 8.500 metros cuadrados de jardines”, recuerda su titular, entroncado en los restos de Cañada del Moral, actual Cañada de Calatrava. Allí se han encontrado “testigos históricos de Juan II de Castilla, padre de Isabel la Católica”.

El complejo, dedicado en la actualidad a acoger eventos sociales, cuenta con unos exteriores que reúnen esculturas y réplicas talladas a mano en mármol de artistas de la talla de Bernini, Mirón o Cánovas, además de un estanque marmóreo también grabado a mano.
En cuanto a los edificios, acoge una vivienda particular de 1.500 metros cuadrados, resultante de la unión de las cinco casas que quedaron del antiguo núcleo poblacional, y está distribuida en 10 dormitorios, 18 cuartos de baño y cinco salones.
Sus interiores están amueblados con mobiliario familiar de los siglos XVII, XVIII y XIX, de distintos estilos y épocas, donde están repartidas las obras de su colección, que empieza con obras de Goya, el precursor del arte español del siglo XX.
También hay cuadros de Picasso, Dalí, Miró, Barceló, Chillida, Antonio López, Saura, Mon Montoya y otros artistas, hasta más de una cuarentena, “que representan el estandarte del arte español contemporáneo”.
La suite nupcial de 120 metros cuadrados cuelga obras de Gregorio Prieto, Dalí y Tapies.
Por ello, el objetivo de Ruiz de Castañeda es llegar a un acuerdo con la Diputación y otras instituciones públicas para poder convertir el espacio en un museo visitable, así como no descarta la itinerancia de la colección.