La multitud ha desbordado en el entorno del Colegio Salesiano Hermano Gárate de Ciudad Real para recibir a La Borriquilla en una Semana Santa que vive un renovado impulso en el segundo año consecutivo con procesiones en las calles tras el parón de la pandemia. Por algo en Ciudad Real es Fiesta de Interés Turístico Nacional.
La Hermandad de las Palmas lo empezó a notar hace semanas, con la mayor venta de palmas, con el nombramiento de muchos nuevos hermanos y con los talleres de costura llenos de encargos de túnicas, y este Domingo de Ramos se ha reflejado en la calle. La calle Ramírez de Arellano y la plaza Mayor estaban a reventar.
Desfile de 200 palmas con un tiempo primaveral
Con puntualidad, a las doce de la mañana, la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías, ha entregado a la hermandad un “permiso simbólico” en forma de documento por el que el Ayuntamiento ha dado la venia “para abrir las puertas de la Semana Santa”. Así, la capital ha dado rienda suelta al fervor.
Después ha empezado el desfile de palmas, “más de 200”, con una altura de dos a tres metros y medio, según ha confirmado a Lanza el hermano mayor, José Manuel Moreno. El año pasado fueron “unas 180”, por lo que el incremento ha sido considerable.
Portado a hombro por 16 jóvenes al son de la Banda de Cornetas y Tambores Solera Musical de Ciudad Real, el paso del Niño de la Paz ha abierto la comitiva ante un sol radiante en una mañana con un tiempo muy agradable, primaveral. El calor no ha atizado y los termómetros han rodado los quince grados.
La Borriquilla sale al son de una saeta y de rodillas
Sin duda, la que ha centrado todas las miradas ha sido la imagen de Jesús entrando en Jerusalén a lomos de la borriquilla, una talla de José Rabasa, que ha salido del colegio salesiano portada por 40 costaleros de rodillas.
Los niños se ponían en primera fila con sus ramas de olivo recién bendecidas, mientras que los mayores recogían el momento con sus móviles entre nubes de incienso y una mujer ha cantado una saeta, con la que ha dado la bienvenida a estos días de Pasión, “a la semana en la que lloran los cristianos”.
El paso ha estrenado parte de la crestería de arriba y un bordado del escudo de la hermandad en el faldón delantero, donado por la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Redentor de Moral de Calatrava, que ha puesto melodías a la procesión como en los últimos años.
En agradecimiento, la Hermandad de las Palmas ha entregado una corbata conmemorativa al banderín de la agrupación antes de la salida de la procesión y la Hermandad de la Virgen del Traspaso de Manzanares ha realizado una ofrenda floral, para “estrechar lazos” entre cofrades.
El hebreo porta una palma labrada en la Ciudad de Matrimonios Ancianos
Entre las curiosidades, por segundo año consecutivo una de las figuras secundarias del paso principal, el hebreo, ha portado una palma labrada donada por la Ciudad de Matrimonios Ancianos de Ciudad Real. Todos los jueves en tiempo de Cuaresma, la Hermandad de las Palmas pasa un tiempo con los mayores de esta residencia.
Además, José Manuel Moreno ha señalado que La Borriquilla ha llevado un cofre en el que “en los últimos días hermanos y devotos han introducido peticiones y oraciones, además de objetos simbólicos como cintas”, que quemarán en la vigilia pascual del próximo sábado al bendecir el fuego.
Tramo sin ruido en el día internacional del autismo
Al igual que el año pasado, la procesión ha tenido un tramo sin ruido en la calle Paloma, entre Cruz y San Pedro, como guiño a las personas con sensibilidad al ruido o trastorno del espectro autista (TEA), que este mismo domingo celebran su día internacional.
En la procesión, aparte de la alcaldesa, ha asistido la presidenta de la Asociación de Cofradías, Yolanda Gómez, y el portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Ciudad Real, Francisco Cañizares.