El teléfono fue durante años su herramienta inseparable en aquellas tardes de inauguración de la Feria y Fiestas de Septiembre de Almodóvar del Campo. Ella era la encargada hasta hace poco tiempo para que todo estuviera preparado y era muy importante tener controlado el aspecto de quien sería el pregonero o pregonera.
Este 2018, ya jubilada, la historia se torna en su particular cuento de Cenicienta. Maribel Garrido Sastre cruza el espejo y será la encargada de engrandecer el amplio elenco de personas de la localidad, o significadas por ella, que pregonará las celebraciones más importantes del calendario festivo de la población. La elección del Ayuntamiento sirve para agradecer con honores su entrega y dedicación a quien fuera, sobre todo, discreta secretaria de tantos alcaldes.
“Poco se puede decir de Maribel, porque todos tenemos la suerte de conocerla y de haberla tratado en cualquier ámbito, bien en asociaciones como la del Cáncer, bien por haber estado vinculada al Ayuntamiento durante 40 años, como presentadora en todas las galas del teatro, en hermandades de Semana Santa… Está muy vinculada a todos los sectores de Almodóvar y siempre ha colaborado en todo con un ‘sí’”, indica la responsable de Cultura, Virginia López.
La concejala de Cultura señala que “es muy importante ser la pregonera de fiestas de tu pueblo y más ella que es una enamorada de Almodóvar como todos bien sabemos”. Virginia López se muestra convencida de que su intervención agradará a quienes la escuchen, en la noche inaugural de las celebraciones septembrinas, que será el sábado día 8. “Lo va a hacer fenomenal”, apostilla.
Un pregón sencillo que guste al pueblo
La aludida, por su parte, reconoce que cuando le propuso el alcalde José Lozano el pasado junio aceptar el encargo “me quedé un poco sorprendida, porque estoy acostumbrada a hacer presentaciones de cualquier asociación o hermandad según me piden y lo hago con mucho gusto, pero ser pregonera es muy distinto”. Maribel lo sabe bien. “He estado 40 años trabajando en la comisión de Festejos y una cosa es trabajar ahí y que a todo el mundo les guste y otra es ser pregonera”.
No obstante, reconoce, “fue una proposición que ciertamente a mí me gustó porque es un honor, pero lleva un trabajo ímprobo, porque desde el primer momento estoy con el pregón todos los días”. Maribel matiza que intenta hacer un pregón que le guste a la gente, por eso es habitual reescriturarlo constantemente.
Garrido considera que la clave está en la sencillez del discurso. “Yo no busco palabras rimbombantes en el diccionario, simplemente recoger vivencias personales de cuando era joven. Será como una remembranza desde las fiestas de mi juventud hasta las que se viven actualmente. Estoy muy ilusionada y para mí es un honor que se hayan acordado de mí para pregonar las fiestas de mi pueblo”, reitera.
Humilde como siempre ha sido, Garrido dice de quienes le han antecedido en este encargo que “habrá alusiones a cosas de las que la gente de mi generación se acuerdan perfectamente, que a lo mejor otros pregoneros no lo han dicho pero reconozco que los anteriores han sido memorables”. Este punto más nostálgico le conduce a la emoción lógica de recodar a compañeros de pandilla juvenil que ya no están. “Me emocionan mucho esos recuerdos y espero contenerme el día 8”.
Las fiestas del recuerdo y la proclamación de damas
Encandilada con su Almodóvar del Campo, de la que procura no perderse ningún evento o convocatoria, Maribel Garrido Sánchez ha sido también una innovadora. Recuerda que, de la inauguración de antaño a las actuales, “más rimbombantes” como ella misma dice, hay un mundo. Y es que ya lo vivió en primera persona cuando fue reina de las fiestas poco antes de alcanzar la mayoría de edad y el protocolo era bastante sencillo.
“Todo transcurría en el salón de plenos. Nos llevaban luego a cantarle la Salve a la Virgen y en la verbena que había en la Glorieta del Carmen pasábamos allí a tomar algo y ya está”. Por entonces solamente había reinas y damas juveniles, que además tenían luego el incentivo de representar a Almodóvar del Campo y sus magnas carrozas en la capital provincial, en el duelo festivo que se denominaba la batalla de flores.
Aquello terminaría pero, para alegría de muchas niñas, Maribel logró que las más pequeñas pudieran a sus diez y once años sumarse a estos honores. Fue en la tercera legislatura de elecciones democráticas cuando así lo sugirió y desde entonces persiste la doble imposición de bandas y coronas. “A las niñas, ponerse el trajecito largo y parecer princesas les encanta”, afirma feliz.
Es con esa ilusión de niña pequeña que siempre le acompaña, desde su condición de feliz jubilada, como seguro durante este mes que todavía queda por delante, seguirá tiñendo de encanto un discurso con el que se le dará el relevo de reina juvenil de las Ferias y Fiestas de su Almodóvar del Campo a respetable pregonera y trovadora de unas celebraciones que nunca se pueden olvidar.