Superar las dificultades para acceder a la enseñanza en tiempos de confinamiento es posible en muchas ocasiones gracias a la imaginación de los profesores. Si esta enseñanza es para personas ciegas todavía se valora más, Ángel Céspedes es un profesor de la ONCE que sigue adelante con sus clases para personas con discapacidad visual y auditiva y lo hace echando mano de la imaginación, pero con el objetivo cumplido de seguir enseñando a sus 13 alumnos de la provincia de Ciudad Real.
Lucía es una niña sordociega de Almodóvar del Campo que cursa 5º de Primaria en el colegio Virgen del Carmen, Aarón un niño de Puertollano que estudia 3º de Primaria en el colegio David Jiménez Avendaño, los trece alumnos de Céspedes tienen entre 7 meses con atención temprana hasta los 25 años, tres de estos alumnos están cursando carrera universitaria de Derecho, Magisterio y de Historia. Todos reciben su apoyo necesario en estos momentos.
En estas últimas semanas el aprendizaje ha sido todo un reto porque no es lo mismo enseñar de manera presencial junto a estos alumnos que hacerlo a través de videollamadas. Céspedes ha sabido captar las necesidades de cada uno de estos alumnos y adaptarse, en la distancia, a las mismas, “la atención es distinta con cada alumno”, pero el empeño tanto del profesor como de los alumnos unido a la imaginación para desarrollar nuevos ejercicios de aprendizaje hace el resto.
A través de una tablet, Lucía con su 0,1% de capacidad visual en su ojo izquierdo y sus dos implantes cocleares es capaz de trabajar con su profesor, “pone mucho empeño y lo aprovecha muy bien”. En esta tablet a través de animales y sus sonidos o con muñecos se asoman a las sumas y las restas y a través de la ampliación de esta pantalla puede ver cada una de las sílabas que su profesor le quiere transmitir para avanzar en otras asignaturas.
En esta situación los padres de estos alumnos tienen también un papel fundamental porque ayudan desde sus casas a comunicarse con el profesor y el alumno, “son soportes básicos”, manifiesta Ángel Céspedes.
De toda esta nueva situación este profesor de la ONCE asegura que también se han sacado “enseñanzas muy positivas, se pone más empeño que cuando estaban en clase, la actitud y las ganas son muy importantes porque la situación es diferente también”. Del contacto directo con los alumnos a la enseñanza a través de la distancia, con una pantalla delante, con diferentes capacidades para poder hacer frente a este reto, pero con muchas ganas de seguir aprendiendo para que el confinamiento no paralice todos los logros que ya se consiguieron en el pasado. Sin duda, el futuro en este aprendizaje también está muy presente.