La Asociación Ojos del Guadiana Vivos ha exigido, coincidiendo con la conmemoración del Día Mundial de los Humedales, detener el deterioro que sufren dos pequeños humedales de la provincia de Ciudad Real, las lagunas de Charco Salado y Prado Redondo, en los términos de Carrión de Calatrava y Picón, respectivamente.
Integrantes de esta asociación, formada por investigadores, científicos y naturalistas, han señalado que ambos parajes están siendo objeto de múltiples agresiones ante la que las administraciones con competencias deben actuar, para frenar el deterioro y comenzar con las pertinentes tareas de recuperación.
El colectivo recuerda que a finales de la década de los sesenta del siglo pasado la superficie natural húmeda de La Mancha superaba las 25.000 hectáreas, comprendiendo las Lagunas de Ruidera, las Tablas de Daimiel con sus zonas pantanosas que las comprendían y numerosas lagunas, algunas de origen fluvial, que sostenían una amplia diversidad de especies autóctonas naturales vegetales y animales.
Una tercera parte de los humedales de los 70
A fechas de hoy la superficie de zonas húmedas naturales ha quedado reducida a una tercera parte, y su estado ecológico deja mucho que desear, resultado de la sobreexplotación de sus aguas superficiales y subterráneas y de las canalizaciones y ocupación de sus ríos.
En la actualidad, dos casos que demuestran el paradigma de este proceso de degradación y de la falta de protección efectiva, se pueden ver en las lagunas de Charco Salado y de Prado Redondo, «en las que el diminutivo de lagunillas, comúnmente aplicado en el territorio que nos ocupa a las mismas, no debe entenderse como carentes de interés», han señalado.
Charco Salado, al norte del Guadiana
Charco Salado es una pequeña área endorreica al norte del Guadiana, que se encuentra en el término de Carrión de Calatrava, en donde se encuentra una especial vegetación adaptada a la salinidad.
En 2015, esta lagunilla, se roturó aunque se paró in extremis, gracias a la actuación de agentes medioambientales, tras la tala de los grandes tarayes que allí había y la pérdida de mucha de su vegetación.
Esta primavera pasada, se ha vuelto a roturar, pero las lluvias provocaron la recuperación de gran parte de su vegetación, aunque, a finales de octubre está área, volvió a ararse y sembrarse.
El conjunto de comunidades vegetales que conforman Charco Salado, están protegidas por la Directiva Hábitats, siendo varias las figuras de protección que aquí en ella se solapan.
El catálogo de especies de este pequeño espacio es amplio y sorprendente, se trata de especies salinas, como Cressa cretica, Salsola kali, Frankenia laevis, Suaeda spp., Limonium carpetanicum, Aeluropus littoralis, Hordeum marinum, etc. Abundando especies anuales de hojas gruesas, como las Suaedas, Salsola kali o Salicornia ramosissima y otras muchas, aparte de tarayes, carrizos y varios tipos de juncos.
Con la vecina llanura de inundación del Guadiana, las conocidas como Tablas de Calatrava, se tendrían «muchas y buenas hectáreas de terrenos naturales en medio de un entorno altamente explotado y humanizado».
Prado Redondo, en Picón
En el caso de la laguna de Prado Redondo, esta se encuentra en el municipio de Picón, junto a la llanura de inundación del río Guadiana.
Está creada por unos manantiales que inicialmente alimentan un arroyo que acaba en esta laguna, tras alimentar un buen prado y olmeda en medio de un anfiteatro de montes dio nombre al lugar, Prado Redondo.
Área de pastos con una clara vocación ganadera hasta hace pocos años, tornó a eminentemente agraria por decisión de sus propietarios.
Desde entonces, han señalado, «la laguna fue más que un estorbo para las labores agrarias y ya, desde 2007, se puede apreciar en orto-imágenes, el continuo vertido de brozas y escombros al interior de su vaso lagunar, hasta conducir a su lamentable estado actual».
A finales del invierno pasado se creó una zanja bajo los manantiales y se profundizó el cauce del arroyo; luego se aró hasta ese borde, sentenciando así prado, olmeda y laguna.
Aparte de su indudable belleza paisajística, este rincón atesora una gran riqueza botánica y faunística.
En pocos lugares se reúne tantos ecosistemas naturales de interés, con encinar, manantiales, olmeda, pastizal-juncal, una laguna con su orla de vegetación y una llanura de inundación fluvial bien conservada.
Cuenta con especies en peligro de extinción y otras difíciles de encontrar en toda Castilla-La Mancha, como varios tipos de lirios y otras más en peligro de desaparición.
Tanto Charco Salado como Prado Redondo, han terminado diciendo requiere una protección efectiva e inmediata y la recuperación de su primitivo aspecto.