Entre los muchos relatos escritos por Francisco Martínez Ramírez, El Obrero, hay un cuento dedicado a sus nietos, La Golondrina. El actor Álvaro Márquez se ha metido en la piel de este prohombre para interpretar un cuentacuentos con esa historia dentro de la programación especial de la Fiesta de las Artes y las Letras 2021, en lo que ha sido su debut ante el público infantil.
Con guion y adaptación del texto original a cargo de Javier Benito Morales, Álvaro Márquez se ha subido a las tablas del Escenario El Obrero, en el Centro de la Juventud, para contar a los más pequeños la historia de Estrella, Margarita y Jacobo. Unos niños que viven por todo el mundo y que reciben el enigmático mensaje de una de las golondrinas que acuden cada primavera a su casa de Tomelloso. Márquez ha encandilado a los niños y niñas, que han ocupado todas las localidades disponibles, con una aventura única escrita en los años 30 de siglo pasado.
Antes de subir a las tablas Álvaro Márquez estaba un poco nervioso, La Golondrina es su primera experiencia como cuentacuentos, y también con el público infantil. “Cuando Clara me llamó me hizo mucha ilusión ya que es un evento que está dentro de la programación de la Fiesta de las Letras, dedicada a la poesía de quintería”. Además, Márquez presentó la última edición de la Fiesta de las Letras antes de la pandemia.
Asegura el actor que el público infantil es muy difícil, “más que el adulto”. Para Álvaro Márquez se trata de un reto (que, como no podía ser de otra forma, ha salido bien) ya que en el “teatro de adultos” tiene más experiencia. Es una alegría que el texto sea de un tomellosero ilustre como El Obrero y un orgullo “representarlo y meterme en su piel”.
El cuento se centra en una finca que El Obrero tenía en Tomelloso en la que pasaban la primavera y el verano a su regreso de Madrid, nos cuenta Javier Benito. Narra las aventuras de Estrella, Margarita y Jacobo con unas golondrinas que anidaban en esa finca y que los llevan a rescatar a otra niña, secuestrada en Túnez. En el texto original el relato “contenía palabras propias de principios del siglo XX”, Benito lo ha adaptado “cambiando estos términos que podrían resultar extraños a los niños de ahora para que les resulten más cómodos”.
Asimismo, el cuentacuentos es más corto que el relato original, “y está amenizado con unas animaciones elaboradas con las ilustraciones de la edición que de Cuentos Blancos hizo el Ayuntamiento en los años 90, acompañadas con efectos sonoros”. La música que acompaña la representación, nos explica Javier Benito, es una obra del holandés Kess Vlack, “Los pájaros de Brasil”, óptima para el relato. Además, se completa con Sherezade de Rimski-Kórsakov.
