Ayudados por la Policía Local, han rodeado la ciudad en lugar de continuar por la Cañada Real Conquense que, como saben nuestros lectores, atraviesa el casco urbano de Tomelloso. En etapas de 20 kilómetros, los pastores van completando la ruta para llegar a los preciados pastos de invierno.
El equipo lo forman, Antonio Cardo, que es el hatero y responsable de la logística; Manolo y su hija Claudia. Este año no viene Aitor, el hijo de Manolo, que se prepara para ser bombero rural.
Es en el pueblo de los Cardo, Vega del Codorno, donde comienza la Cañada Real Conquense que aquí llamamos vereda. En Socuéllamos se bifurca y un tramo de la misma va por Ruidera hasta Jaén y el ramal que trascurre por Tomelloso, por el que circula el rebaño, empalma en Manzanares con la Cañada Real Soriana Oriental hasta el Valle de Alcudia.
Es un verdadero espectáculo ver como los pastores manejan las 1.600 ovejas, como se desenvuelven con una tranquilidad pasmosa y como conducen el rebaño con mano diestra. Cumplen con el fin de la trashumancia, acortar las estaciones del año, en dos, convirtiendo el invierno de las montañas en una primavera en Mestanza y huyendo del calor del verano regresando a las tierras altas de Vega del Codorno.