El estudio ‘El robo del agua: cuatro ejemplos flagrantes del saqueo hídrico en España’ destaca que debido a que las tres masas de agua subterránea asociadas al acuífero del Alto Guadiana se encuentran declaradas como sobreexplotadas y cuentan con regímenes anuales de explotación, se ha podido analizar tanto la parte de extracciones asociadas a parcelas en riego no incluidas en la cartografía de derechos concedidos como el total de extracciones.
Según el estudio, el total de superficie de riego fuera de los límites de la cartografía oficial del inventario de derechos concedidos durante el año 2019 se ha estimado en 51.465 hectáreas, de las que un 82,5 % corresponde a cultivos leñosos.
El total de superficie de riego (tanto legal como fuera de los límites de la cartografía oficial de derechos) en 2019 se ha estimado en 174.514 hectáreas de terreno, por tanto, han indicado, el porcentaje de superficie fuera de los límites de la cartografía oficial del inventario de derechos concedidos representa en torno a un 29,5 % del total de superficie regada.
Para comparar las cifras estimadas con lo que establecen los Planes Anuales de Extracciones de las masas de agua subterráneas en riesgo de no alcanzar los objetivos ambientales definidos por la Confederación Hidrográfica del Guadiana, es necesario tener presente que estos marcan un volumen máximo de extracción de 222 hm3 para el conjunto de las tres masas de agua subterránea.
De acuerdo con las demandas recogidas por el Plan Hidrológico del Guadiana para usos de abastecimiento e industriales, se considera que el volumen máximo permitido para la extracción para usos de riego es aproximadamente de 199,22 hm3.
Así, el déficit producido por la extracción excesiva de recursos hídricos subterráneos por encima de lo autorizado se estima en 143,73 hm3, lo que según WWF revela que se ha “producido un incumplimiento del régimen anual de extracciones”.
Esta cifra supone que el volumen de extracción en 2019 total fue un 72 % superior al volumen permitido por los regímenes anuales de extracciones, es decir, que se acerca al doble de lo autorizado por la Confederación Hidrográfica del Guadiana.
Con relación a la aplicación de agua por hectárea, la dotación media resultante se ha estimado en 2.745 m3/ha para los cultivos herbáceos regados y en 1.650 m3/ha para los cultivos leñosos.
Ambas estimaciones superan las dotaciones permitidas en los Planes Anuales de Extracciones de las masas de agua subterráneas en riesgo de no alcanzar los objetivos ambientales, que son de 2.000 m3/ha para herbáceos y 1.500 m3/ha para leñosos.
Utilizando los datos de dotaciones medias, el presente estudio ha estimado en 92,39 hm3 el volumen de recursos hídricos subterráneos extraídos para regar la superficie fuera de los límites de la cartografía con derechos.
El riego de esta superficie, han subrayado WWF en su estudio, supone un 46 % de los recursos renovables disponibles autorizables para riego (92,39 hm3 entre 199,22 hm3 disponibles de acuerdo con los límites asumidos por la Confederación Hidrográfica del Guadiana).
El volumen extraído para el riego de parcelas no incluidas en la cartografía de derechos concedidos corresponde a un 27% del volumen total realmente extraído (92,39 hm3 entre 342,95 hm3).
Con todo ello, señalan que el 64 % (92,39 hm3 de los 143,73 hm3 extraídos por encima de lo permitido) del volumen de sobreextracción de las masas de agua subterránea del acuífero del Alto Guadiana en 2019 se debió al riego en explotaciones fuera de las zonas con derechos con resolución en firme.
WWF ha resaltado que el consumo real de agua subterránea en cultivos leñosos puestos en riego con ayudas públicas se ha estimado en 205 hm3, lo que supone que solo el riego real observado de estos cultivos produce un volumen de extracción superior al volumen permitido autorizado por el plan anual de extracciones.
Los resultados indican que, debido a la enorme superficie de cultivos en regadío se está produciendo una situación estructural de sobreexplotación que se ha consolidado a través de planes de reestructuración del viñedo, mientras que en los años 2020 y 2021 el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel ha continuado en estado crítico de conservación.
