Se lidiaron seis toros de Aguadulce (1º y 5º) y Herederos de José Mª Aristarain de la Cruz, (2º, 3º, 4º bis, 6º). Desiguales de presentación, de mejor trapío los tres primeros. Pobres de cara los tres últimos. Descastados y sin entrega en general, y rajados en el último tercio. Menos de media entrada en los tendidos.
Víctor Puerto: oreja y ovación.
Alberto Gómez: oreja y ovación.
Emilio Huertas: ovación en ambos.
Lamentablemente, la desigual corrida de Aguadulce amargó la tarde tanto a sus matadores como al público que se congregó en el coso hexagonal de Almadén.
Víctor Puerto anduvo sobrado ante un lote que se defendió y punteó los engaños, además de no ofrecer continuidad en sus descompuestas acometidas. Tuvo algo más de contenido su primer trasteo, aunque en el cuarto bis se apreció un desencanto evidente en el torero nacido en Madrid por la casi nula colaboración del cornúpeta.
Alberto Gómez porfió con escaso margen para el lucimiento ante dos toros rajados y sin clase. Una media estocada cobrada al primer intento en el segundo de la tarde le granjeó un trofeo.
Tres cuartos de la misma novela vivió Emilio Huertas, aunque en el caso del torero ciudarrealeño sin conseguir tocar pelo en ninguno de sus oponentes. Se puso, sí, pero tuvo que quitarse esquivando los arreones mansurrones de sus oponentes para evitar varias volteretas que no habrían tenido gloria alguna.